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Adiós a los abrigos de piel: el futuro de la peletería, a debate en la UE

Bruselas debate prohibir las granjas de visones y el comercio de pieles en toda la Unión Europea.

Bruselas debate prohibir las granjas de visones y el comercio de pieles en toda la Unión Europea.
Flickr/CC/chalo84

Los abrigos de piel podrían tener los días contados en Europa. La Comisión Europea está evaluando detenidamente la prohibición de las granjas de animales de peletería y la comercialización de pieles en toda la Unión Europea. La iniciativa ciudadana "Europa libre de pieles" parte del lobby animalista Eurogroup for Animals y supondría la desaparición del sector de la peletería en nuestro país, que es uno de los cinco mayores productores de visón en Europa.

Antes de tomar una decisión, la Comisión Europea ha pedido un informe a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) que debería estar listo antes de marzo de 2025. En una nueva evaluación, la Comisión comunicará a más tardar en marzo de 2026 si considera oportuno prohibir la peletería tras un periodo transitorio.

El informe se centrará en los animales criados exclusivamente para la producción de pieles y se limita a las siguientes especies: los visones, los zorros, los perros mapache y las chinchillas. De momento, el cuero se salva del debate, así como los bolsos, cazadoras, carteras y zapatos elaborados con este material. Sin embargo, la iniciativa ciudadana presentada por los animalistas, firmada por 1,5 millones de ciudadanos europeos, pide prohibir todas las granjas de animales criados "única o principalmente" por su pelaje, independientemente de la especie.

España, quinto productor europeo de visón

Aunque los curtidores pueden respirar tranquilos por el momento, la prohibición de las pieles en la Unión Europea pondría fin al negocio de las tiendas de peletería, productores de piel, diseñadores de moda y granjas de mustélidos. Concretamente, en España existen 37 explotaciones (31 en Galicia, una en Aragón, una en el País Vasco, tres en Castilla y León y una en Valencia) donde se producen al año unos 750.000 visones, según los datos recopilados por la asociación animalista WWF.

Estas granjas dan empleo directo a más de 1.500 personas, la mayoría de ellas en entornos rurales. Además, generan 3.000 empleos indirectos entre los proveedores de piensos, paja, encargados de productos sanitarios, zoosanitarios y fitosanitarios, desinfección y gestión de residuos, según las cifras facilitadas por la Asociación Nacional de Criadores de Visón (AGAVI).

España es el quinto principal productor de piel de visón en Europa con un total de 450.000 piezas. El mercado lo lidera Polonia (4,5 millones de pieles) y le siguen Lituania (1,7 millones), Grecia (1,5 millones) y Finlandia (850.000 pieles). Las cifras corresponden a la producción de 2021 según el informe Global fur retail value de la Universidad de Copenhague.

Con respecto a su evolución, España produjo 425.000 pieles en el año 2010, una cifra que aumentó progresivamente hasta alcanzar su máximo en el año 2015 (700.000 pieles). Después de aquello, ha ido bajando nuevamente hasta las 450.000 pieles en el año 2021, el último del que se tienen datos.

Sacrificio de visones

Se trata de un sector sumamente perseguido por el ámbito animalista que sufrió un duro golpe durante la pandemia de coronavirus. Las autoridades sanitarias vincularon a los visones con mutaciones de la covid y, por ejemplo, el Gobierno de Aragón ordenó el sacrificio de casi 93.000 visones en una granja de La Puebla de Valverde (Teruel). Aquello no fue nada comparado con lo que sucedió en Dinamarca, donde se sacrificaron 17 millones de animales y el Gobierno decidió prohibir temporalmente la cría de mustélidos. Meses más tarde, las autoridades sanitarias determinaron que esa nueva variante de la covid asociada a los visones no era ni más mortal ni más contagiosa.

En cualquier caso, el debate está servido y las granjas han quedado señaladas como una peligrosa fuente de contagios, bien de la covid, bien de la gripe aviar. Aunque los responsables de las explotaciones defienden que estamos ante una "industria responsable y con una regulación muy estricta y amplias medidas de bioseguridad", el lobby animalista ha aprovechado la coyuntura para intensificar su lucha contra la peletería.

El resultado es que, por razones sanitarias y por presiones animalistas, el cultivo de pieles se ha prohibido ya en 19 países europeos. En otros estados como Alemania, aunque no está prohibido, se han cerrado ya todas las granjas peleteras debido a las estrictas leyes de bienestar animal.

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