La economía sumergida es más elevada en España de lo que se pensaba inicialmente. Al menos, esta es la conclusión que arroja un nuevo estudio de investigación sobre el peso real de la economía informal en los países de la UE, publicado el pasado diciembre por el National Bureau of Economic Research.
La Comisión Europea estima que el mercado negro en España rozaba el 17% del PIB en 2021, ligeramente por debajo de la media comunitaria (17,4%), tras la gradual incorporación de los países del este, donde la economía informal, de media, es algo superior. Las estimaciones del Banco Mundial, sin embargo, elevaban la cifra al entorno del 20%.
Sin embargo, el nuevo indicador desarrollado por Francesco Pappadà y Kenneth S. Rogoff (bajo las siglas EVADE), basado en el análisis de la evasión fiscal del IVA, eleva el peso de la economía sumergida en España al 24% del PIB, la tercera más alta de la UE, tan sólo por detrás de Grecia, donde alcanza el 36%, e Italia, un poco por encima del 30%.
Se trata, en todo caso, de una cifra muy por encima de la media oficial de la UE y el conjunto de las economías ricas, próxima al 17%, acercándose más bien a los estándares de los países en desarrollo y mercados emergentes, cuya media ronda el 32% del PIB.
Además, en el caso de España, la cifra del 24% supone hasta 7 puntos porcentuales más que las estimaciones alternativas. De hecho, la economía nacional es la que registra una mayor desviación respecto a los indicadores de medición que emplean el Banco Mundial y las autoridades comunitarias.
Por otro lado, según este estudio, un crecimiento del PIB del 1% produce una caída de 0,6 puntos en el tamaño de la economía sumergida. El mercado negro crece de forma significativa en las recesiones y se reduce en los períodos de auge económico. El paro también es una variable a tener en cuenta y, a este respecto, cabe recordar que España registra el mayor desempleo de la OCDE, con una tasa próxima al 12%.