Menú
José María Rotellar

La intensa desaceleración del sector servicios y la industria española

El barniz del crecimiento actual es muy fino y saltará a la menor perturbación, sobre todo si no puede ser mantenido por el gasto público.

El barniz del crecimiento actual es muy fino y saltará a la menor perturbación, sobre todo si no puede ser mantenido por el gasto público.
El Gobierno de Pedro Sánchez ha apostado por una economía del “tente mientras cobro” | Europa Press

Hace dos semanas, analizaba en Libertad Digital cómo se empeoraban las expectativas, tanto desde el punto de vista de un gasto y deuda insostenibles como de un crecimiento que languidece y un sector industrial que daba signos de agotamiento, anticipando un empeoramiento de expectativas.

Los nuevos datos conocidos del sector servicios y de la industria se unen a los ya conocidos anteriormente y confirman el agotamiento de la economía, gravemente dañada en su estructura por un efecto expulsión derivado del ingente gasto público, que es el que ha sostenido artificialmente a la economía -con excepción del sector exterior-, pero que ahora que ya no podrá hacerlo -salvo que el Gobierno decida incumplir con los objetivos de estabilidad, pero que ha impedido que se llevasen a cabo las reformas estructurales que necesita la economía española.

Hace dos semanas, decía que la industria, aunque sorprendentemente crece en el dato de contabilidad nacional trimestral del IVTR-2023, caía tanto en el Índice de Producción Industrial (IPI) como en las cifras de negocios de la industria, hechos que hacen más sorprendente el dato trimestral de crecimiento que da la contabilidad nacional en dicho sector.

Pues bien, si las cifras de negocios de la industria mostraban ese descenso en noviembre, con una caída tanto en el índice general como en los bienes de consumo duraderos, que anticipan más las expectativas, al tratarse de fabricación de bienes que son los primeros que se ralentizan cuando se prevé un empeoramiento de la situación, por el importe más elevado de su coste y el replanteamiento de dicho consumo por parte de los consumidores, que tiene su reflejo en el descenso de producción industrial de los mismos, en diciembre los datos reiteran el empeoramiento ocurrido en noviembre, que, a su vez, seguía la senda bajista iniciada meses antes. Si en noviembre caía un 2,3% la cifra de negocios de la industria, en diciembre cayó un 4,4% en la serie corregida de efectos estacionales y de calendario.

1cifras-negocios-indutria-efectos-estacionales.jpg

Si observamos por tipo de bien en la serie corregida de efectos estacionales y de calendario, la caída es prácticamente generalizada en el índice general y en los bienes de consumo duradero, que son los que anticipan mejor las expectativas, por el mayor desembolso que supone.

2cifras-negocios-industria.jpg

Si hablamos de la serie original y comparamos con el comportamiento del año pasado, en el mismo mes de diciembre, entonces, en 2022, crecía un 9,8%; ahora, cae un 8,7%. Es decir, se comporta 18,5 puntos peor que como se comportaba hace un año.

3cifras-negocios-serie-original.jpg

A la espera de que el ocho de marzo publique el INE el dato de enero, lo mismo sucedía con el IPI, que en diciembre caía con fuerza tanto en su índice general como en los bienes de consumo duraderos, mensual e interanualmente, así como en la media de lo que va de año.

4-indice-produccion-industrial.jpg

Y en cuanto al indicador de actividad del sector servicios de diciembre, cae un 0,7% interanual, cuando en diciembre de 2022 crecía un 11,2%. Es decir, empeora casi doce puntos.

5indicador-actividad-secor-servicios.jpg

Todo ello confirma, insisto, el declinar de la economía, todavía anestesiada por el gasto público ingente desplegado, pero que deja una economía muy dañada en su estructura, en la que no se han hecho ninguna reforma y que, una vez que haya que ajustar el gasto, este año mismo, salvo que el Gobierno decida incumplir, la estructura económica productiva se verá muy mermada para salir adelante a un crecimiento aceptable. Ni el gasto, que habrá de reducirse, ni el sector exterior, con la caída de renta disponible de nuestros socios comerciales y con la merma, por ello, tanto de las exportaciones españolas, como por la menor llegada de turistas o de menor gasto diario de los mismos, podrá sostener ya la economía. Menor renta extranjera que provocará ese efecto, que en las exportaciones españolas irá acompañado de un nuevo freno: el empeoramiento de la productividad y la competitividad, debido al incremento de los costes laborales por el afán recaudatorio del Gobierno al no cuadrarle las cuentas por sus constantes incrementos de gasto público, tal y como recordaba en LD hace unas semanas.

6evolucion-productividad-coste-laboral.jpg

Si no hay reacción, si no se acometen reformas, si no se recorta el gasto, si no se frena el aumento de impuestos, la economía española se desacelerará mucho más, con todas las ramas de actividad siguiendo, entonces, la ralentización o caída de la actividad del sector servicios y de la actividad industrial. El barniz del crecimiento actual es muy fino y saltará a la menor perturbación, sobre todo si no puede ser mantenido por el gasto público. El Gobierno ha apostado por una economía del "tente mientras cobro", para que, después de él, el diluvio, que parece ser que es a lo que estamos abocados de no realizarse esas reformas.

En Libre Mercado

    0
    comentarios