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El "impuesto a las mansiones" de Los Ángeles fracasa estrepitosamente

Los técnicos del ayuntamiento redujeron la cifra del gobierno hasta los 670 millones y anticiparon que las cuentas de la alcaldía eran muy optimistas.

Los técnicos del ayuntamiento redujeron la cifra del gobierno hasta los 670 millones y anticiparon que las cuentas de la alcaldía eran muy optimistas.
Mansión en Beverly Hills, Los Ángeles | Alamy

En 2023 se anunció la adopción de un "impuesto a las mansiones" con el que la ciudad de Los Ángeles pretendía redoblar la fiscalidad de los más ricos. El municipio californiano argumentó entonces que destinaría la recaudación obtenida a "luchar contra la pobreza y la mendicidad" o "ayudar a los sin techo", pero la adopción efectiva del tributo ha sido un verdadero fiasco.

El Washington Post explica que el gravamen estaba planteado para aquellas casas que salen a la venta con un precio de más de 5 millones de dólares. Sobre el papel, la corporación local pretende recaudar el 4% del valor transferido en operaciones de compra-venta cerradas por 5-10 millones de dólares, con un recargo de 1,5 puntos que dejaría en el 5,5% el tipo aplicable a transacciones valoradas en más de 10 millones.

Sin embargo, la reacción de los operadores inmobiliarios y los propietarios de mansiones ha sido la de alterar el cauce normal de las cosas y adoptar cambios de comportamiento que pretenden esquivar la incidencia del gravamen. Así lo explica el diario norteamericano:

"En los meses previos a la entrada en vigor del impuesto, las ventas de mansiones de lujo se dispararon en Los Ángeles, conforme los propietarios maniobraban para deshacerse de propiedades costosas que tenían previsto vender a medio plazo, pero prefirieron liquidar con premura antes de la entrada en vigor del nuevo impuesto.

Medios locales como Los Angeles Times han informado de operaciones de este tipo por parte de famosos como Brad Pitt y Mark Wahlberg, que serían solamente los ejemplos más visibles de los muchos contribuyentes que vendieron grandes propiedades en los días previos al 1 de abril de 2023, fecha en que entraba en vigor el nuevo tributo.

En los últimos días de marzo, algunos agentes inmobiliarios incluso ofrecían coches de lujo gratis para animar a los clientes a cerrar las operaciones de compra-venta antes del 1 de abril".

El impacto del gravamen sobre el comportamiento de los agentes privados fue inmediato:

"En el primer trimestre del año hubo 248 ventas de propiedades comerciales y residenciales con un precio de 5 millones de dólares o más en la ciudad de Los Ángeles, según datos de Nathan Stark, ejecutivo de cuentas de la empresa Chicago Title. En cambio, entre el 1 de abril y el 30 de junio apenas hubo 34 ventas con estas características. Stark y el resto de expertos inmobiliarios consultados opinan que el impuesto es contraproducente, ya que la ciudad está perdiendo ingresos ordinarios. No en vano, si el inmobiliario se frena en seco, el impuesto ordinario que grava las transferencias de este tipo de activos también se resiente y genera menos ingresos fiscales".

Ahora que ha pasado un año, la prensa local informa de los nuevos trucos que han explorado propietarios, intermediarios y compradores para así poder sortear el "impuesto a las mansiones". Las vías de escape más comunes consisten en dividir las propiedades en distintos lotes o incluso transferir las casas a sociedades repartidas al 50% entre los cónyuges, que luego liquidan sus acciones por separado. También ha ido a más el número de propiedades vendidas por 4.999.999 dólares, un centavo por debajo del umbral partir del cual se cobra la tasa de referencia. Así, una operación de venta de un inmueble valorado en 5,2 millones termina generando el mismo ingreso neto para el propietario, que vende la mansión por 200.000 dólares menos pero esquiva un pago equivalente de otros 200.000 dólares.

Aunque el gobierno de Los Ángeles cifró inicialmente en 900 millones la recaudación prevista por esta vía, los técnicos del ayuntamiento redujeron rápidamente esta cifra hasta los 670 millones y anticiparon que las cuentas de la alcaldía eran demasiado optimistas. Meses después, la propia regidora Karen Bass modificó sus presupuestos municipales para 2024 y redujo la previsión de recaudación a una horquilla de 150-200 millones, que finalmente ha sido el umbral en el que se terminó moviendo el total de caudales obtenidos mediante el "impuesto a las mansiones". Por lo tanto, por cada 10 euros de ingresos previstos apenas se han generado 2.

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