El conflicto entre Irán e Israel, tras el ataque del primero ponen en jaque las bolsas de todo el mundo. Más allá de que el conflicto pudiera complicarse y que este tipo de noticias siempre traen volatilidad, es fundamental mantener la perspectiva del momento del ciclo en el que encontramos, que es positivo.
La economía global se encamina hacia un aterrizaje suave. A lo largo de los próximos meses el mundo seguirá creciendo, y las empresas ganarán dinero porque han podido superar el incremento del coste de financiación derivado de unos tipos de interés más altos.
El ritmo fuerte de reducción de la inflación ya ha quedado atrás. La inflación en estos momentos sobre todo de lo que depende es de los precios de los servicios (4% en Europa). Todo ello se debe a que, independientemente de lo que pase con Irán, ya se ha evaporado el efecto deflacionista de los precios de la energía.
El BCE se limitará a hacer bajadas preventivas para que los tipos de interés reales no dañen mucho al crecimiento. Hay que tener en cuenta que en el norte de Europa hay países como Alemania (que están mucho más vinculados a la industria) donde la situación es menos favorable. Y están presionando para que la primera bajada de tipos sea en verano.