Una nueva polémica acompaña a una de las marcas más asociadas con la navidad, tanto como el turrón o la lotería: el cava Freixenet y sus famosas burbujas. Esta empresa, que en pleno desafío separatista por el 1 de octubre de 2017 amenazó con marcharse de Cataluña, decidió finalmente quedarse. Ahora, atraviesa de nuevo problemas y el Gobierno no ha tardado en mover ficha.
Anuncia la compañía líder mundial en el sector del cava, que presa de las consecuencias de la sequía y la falta de materia prima, su producción se recortará más de un 30% y, por lo tanto, necesitará ajustar de forma extraordinaria su plantilla a la realidad que los rodea. Según ha comunicado este lunes la compañía propiedad del grupo alemán Henkel (desde 2019) y la familia Ferrer, tiene previsto presentar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que podría afectar a 615 trabajadores.
Pues bien, ahora el Gobierno ha deslizado que hará lo que sea necesario para evitar el ERTE. El encargado de pronunciarse ha sido el secretario general de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria, Fernando Miranda, durante la presentación de los datos de la industria alimentaria 2023. Según ha dicho: "Creemos que es una situación temporal y coyuntural, que cuando se recupere la producción vuelva a la normalidad. Nos vamos a reunir con ellos para ver cómo hacerlo cuanto antes", decía.
El caso es que la zona en la que se produce la uva que emplea Freixenet para elaborar sus famosos cavas está muy afectada por la sequía que asola esa región desde hace dos años. Especialmente, la producción de 2023, que hoy debería estar empleándose para hacer cava.
Miranda ha avanzado que el Consejo Regulador de la DO Cava está analizando posibles medidas: "Están viendo cómo incrementar de forma coyuntural el potencial productivo dentro de la misma zona, ya que en el mercado hay una gran demanda del producto y una crisis en la oferta", ha recalcado.
Desde la FIAB (la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas), Mauricio García de Quevedo proponía que se permita el uso industrial agroalimentaria del agua reutilizada. Más aún, en este contexto de sequía.
Por su parte, el secretario general de Recursos Agrarios y Seguridad Alimentaria ha mostrado el apoyo del Ministerio que lidera Luis Planas para usar el agua reutilizada en la industria agroalimentaria en un "escenario de escasez de agua", pero siempre "atendiendo y cumpliendo todos los requisitos sanitarios".
Otra de las soluciones arbitradas proviene del consejo regulador, donde se ha propuesto la posibilidad de que se utilice de forma excepcional uvas que no pertenecen a la denominación de origen para la elaboración del cava. Desde el ministerio se asegura que "estamos trabajando en esto". La denominación de origen de cava incluye 160 municipios de las provincias de Barcelona (63), Tarragona (52), Lérida (12), Gerona (5), La Rioja (18), Álava (3). Zaragoza (2), Navarra (2), Valencia (1), y Badajoz (1).
Ya en 2023 se perdieron 80 millones de botellas por la falta de materia prima. "Viendo que la demanda de cava está en auge y que no podemos producir suficientes botellas para satisfacerla adecuadamente a corto plazo, la situación es realmente complicada a todos los niveles", confiesan desde la empresa.