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La Ley de Medios argentina, el experimento kirchnerista que inspira a Sánchez para silenciar a la prensa

El asalto democrático que pretende Sánchez por la vía de los medios de comunicación no es nuevo. El kirchnerismo peronista ya lo perpetró.

El asalto democrático que pretende Sánchez por la vía de los medios de comunicación no es nuevo. El kirchnerismo peronista ya lo perpetró.
Cristina Fernández de Kirchner y Pedro Sánchez | Libertad Digital

La toma de los medios de comunicación es una de las intenciones más claras que se desprenden del discurso de Pedro Sánchez. Detrás del teatro que el líder de PSOE ha protagonizado en estos últimos cinco días se esconde este objetivo junto al del asalto al poder judicial. Ayer lunes, Sánchez confirmaba que no pensaba dimitir y amenazaba a la prensa con una guerra contra los "bulos deliberados" y una inquietante "limpieza".

Antes del lunes, varias pistas que hacían presagiar que lo que el presidente del Gobierno estaba orquestando con este show sería la coartada poner coto a la prensa opositora. La del director de Comunicación del PSOE, Ion Antolín, clamando contra los "periodistas que no son periodistas" y los "medios de comunicación" que ellos consideran que "no son medios de comunicación" era una de ellas. El manifiesto de periodistas liderado por la periodista de RTVE, Silvia Intxaurrondo, contra la libertad de prensa era otra ¿Pretende Sánchez empezar ahora a repartir carnet de prensa? La incertidumbre actualmente es total.

Eso sí, el asalto democrático que parece que ha activado Sánchez no es nuevo, y su estrategia se asemeja a uno de los modelos que más ha inspirado a su Gobierno desde sus inicios: el peronismo kirchnerista.

El modelo censor kirchnerista

Fue en octubre del año 2009 cuando Cristina Fernández de Kirchner aprobó la polémica Ley de Medios con el objetivo de "regular los Servicios de Comunicación Audiovisual en todo el ámbito territorial de la República Argentina". La norma se justificaba en la búsqueda de:

Mecanismos destinados a la promoción, desconcentración y fomento de la competencia con fines de abaratamiento, democratización y universalización del aprovechamiento de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación

Casualmente, ayer Sánchez también apelaba a la protección de la democracia para justificar sus planes. Según el líder del PSOE, no se puede "confundir libertad de expresión con libertad de difamación" porque es "una perversión democrática de desastrosas consecuencias".

Como el de Sánchez, el verdadero objetivo de Kirchner con su norma nada tenía que ver con la salvaguarda de la democracia. Lo que pretendía la mandataria argentina no era otra cosa que acorralar a los medios que no eran afines a su régimen. Para ello, con su Ley, decidía reducir el número de licencias de radio y televisión que las cadenas privadas podían tener, creaba más de medios de comunicación públicos y una Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual que fiscalizaría todo su funcionamiento.

Trocear un periódico

"Lo disfrazaron de una norma que pretendía acabar con el monopolio mediático en Argentina, pero la realidad es que Kirchner la creó para perseguir al diario Clarín. La obsesión de Cristina y Néstor con este grupo mediático era indudable, también con los otros medios críticos, pero con Clarín más" recuerda el economista argentino, Nacho Bongiovanni. Por entonces, aunque no se estilaba el concepto "bulo" o "fake news", el Gobierno argentino "lanzó una famosa campaña con el eslogan de Clarín Miente" añade. El hostigamiento era evidente.

Tal era la animadversión del Ejecutivo argentino por este medio, que el entonces jefe de gabinete del Gobierno argentino, Jorge Capitanich, llegó a hasta hacer trizas el periódico en directo en una comparecencia.

Jorge Capitanich rompe el diario Clarín

Pero no solo era la Ley de Medios. Bongiovanni recuerda cómo la presidenta argentina intentó acallar al periodista argentino Jorge Lanata y sus denuncias sobre "el robo de dinero público" que estaba perpetrando el kirchnerismo "poniendo en el horario en el que se emitía su programa importantes partidos de fútbol, cuyos derechos de emisión manejaba el Gobierno. Y ya sabemos que en Argentina el fútbol es una religión... ".

"Un líder autoritario y bolivariano"

A pesar de estos burdos intentos para desviar la atención de la ciudadanía, ni Lanata perdió audiencia ni Clarín cesó su actividad. A finales de 2015, Macri derogó los principales puntos de la Ley de Medios y cerró la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual. Actualmente, Javier Milei tiene un plan de recorte de gasto público en el país, que incluye el cierre de la agencia estatal de noticias Telam y otros medios públicos.

"Sánchez se ha dado un autogolpe con el fin de aparentar debilidad y aprovechar para controlar la justicia y la prensa. Esto ya lo hemos vivido en Argentina. Se está comportando como un líder autoritario y bolivariano que se salta las instituciones y sólo dirige sus discursos a la gente, como ha hecho el kirchnerismo en sus tres mandatos" señala Bongiovanni.

Para el economista argentino, "la libertad de prensa es uno de los valores principales de la democracia y Sánchez va a usar la maquinaria del Estado contra ella como un populista" añade.

De momento, poco se sabe de las intenciones mediáticas de Sánchez, aunque en la entrevista de ayer por la noche el TVE aseguró que "tenemos que ser conscientes del desafío que implica el uso espurio de las redes sociales, también de estas páginas web (como llama a los periódicos digitales) que están financiadas con distinto dinero, tanto de gobiernos autonómicos como de gobiernos municipales del PP con la ultraderecha, por determinadas empresas y ser conscientes del desafío que tenemos de profundización de la democracia", señaló. Desde la izquierda (con Podemos y medios afines a la cabeza) también claman por una Ley de Medios para silenciar a la prensa que sí osa criticar a Sánchez.

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