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"La sanidad privada no compite con la pública, la complementa"

La cátedra de Salud Sostenible de la UCM, Asisa y ASPE discuten en libertad Digital sobre la colaboración público privada en el sistema sanitario

El grupo Libertad Digital ha celebrado un encuentro con representantes del sector en el que hemos analizado la situación actual de la colaboración público privada en el ámbito sanitario así como las propuestas que desde el Gobierno están colocando en la agenda pública, como la de avanzar en la gestión directa del sector público, arrinconando, poco a poco, los convenios de colaboración público privada y que hoy representan aproximadamente un 30% de la actividad.

Un mero vistazo a las cifras que reflejan los distintos informes de los que están disponibles dejan negro sobre blanco el tamaño del problema en el que entraría el sistema nacional de salud en caso de prescindir del sistema sanitario privado, que actualmente es titular de más de la mitad de los hospitales que hay en España y atesora el 30% de las camas.

Además, en cuanto a equipamiento tecnológico, 1 de cada dos equipos de resonancia o litotricia está en la sanidad privada y el 43% de las mamografías. También son responsables los centros privados de la mitad de los ensayos clínicos que se hacen en España. Es decir, que la sanidad privad es ya, de facto, un gran aliado de la sanidad pública, no un competidor.

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En este sentido, evidentemente, el sistema sanitario privado supone una vía de escape y un apoyo evidente y fundamental para el sistema de salud nacional. Y esto es así, recordaba el doctor Enrique de Porres, Consejero Delegado de ASISA, en el encuentro en Libertad Digital, gracias a la Ley que aprobó como ministro de Sanidad Ernest Lluc en 1986, la Ley General de Sanidad, donde se reconocía la posibilidad de que existiera la gestión directa y que coexistiera con la asistencia sanitaria privada.

Gracias a esta Ley, "hoy existe un sistema de financiación pública y gestión privada, que es el modelo del mutualismo administrativo y que es el de más larga supervivencia. "

Todo esto ha permitido, decía el doctor De Porres, "la colaboración público privada, y el hecho de que se pueda participar en la gestión de la asistencia sanitaria de financiación pública por parte de la estructura asistencial privada".

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Precisamente, este lunes, la Cátedra Extraordinaria de salud Sostenible y Responsable de la Universidad Complutense de Madrid publica la investigación "Revisión bibliográfica de la Colaboración Público-Privada en Sanidad: impacto en indicadores sanitarios" impulsada por ASPE y que concluye, con datos públicos oficiales, que los hospitales públicos gestionados por operadores privados registran, por norma general, mejores indicadores que la media de los hospitales del Servicio Madrileño de Salud en eficiencia y atención al paciente (índice de satisfacción global, de recomendación global y de reclamaciones). Además, presentan los mejores resultados en mortalidad evitable.

La directora de la Cátedra de Salud Sostenible y responsable de la UCM, Ana Rosado, también en el encuentro, se centró en Muface, y las mutualidades de la Justicia y la Defensa. "Son pilares y sus atribuciones deben mantenerse para el equilibrio social", decía, poniendo el énfasis en "todos aquellos que nos educan, nos cuidan, nos protegen, nos garantizan la Justicia".

Sobre este particular, el doctor De Porres recordaba que el mutualismo administrativo ha sido tradicionalmente más satisfactorio que la seguridad social y al final cada año cerca de un 85% de media en los últimos cuarenta años han escogido este servicio por ser más ágil que el sistema de gestión directa (100% público).

En definitiva, "la sanidad privada existe porque el ciudadano la elige", decía Luis Mendicuti, Secretario General de ASPE, alianza de la Sanidad Privada en España. Y existe también, recordaba, porque se introdujo en la Ley General de Sanidad de 1986, en la que se remite al artículo 38 de la Constitución.

Pero no sólo eso, sino que dentro de los ingresos que obtiene anualmente la sanidad privada tan sólo el 15% proviene de los ingresos que obtiene de la sanidad pública en virtud de los conciertos. "El resto viene de nuestros pacientes, de las mutuas", decía Mendicuti.

Y es que una de las ventajas del sector privado para la prestación de los derechos de asistencia sanitaria de los españoles es su eficiencia en la prestación del servicio en relación a los gastos que genera: "Desde el punto de vista presupuestario el estado no ha tenido que gastar ni un duro más nunca en el sistema de asistencia sanitaria de los funcionarios a través de los conciertos", decía el doctor De Porres, quien sentenciaba: "La exactitud presupuestaria ha sido una ventaja del modelo de concierto y no en el modelo de gestión directa".

Ana Rosado, la directora de la cátedra de Salud Sostenible de la UCM, añadía que es obvia la complementariedad entre el sistema público y el privado. Tanto es así, que un reciente informe de su cátedra arroja cifras que son evidentes: El sistema de gestión directa (100% público) no podría absorber directamente a los funcionarios.

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Un sistema complementario, no excluyente

Los datos, la eficiencia en la gestión y el volumen del sistema sanitario privado en España confirma lo que el sector lleva tiempo destacando: y es su complementariedad. Hoy, las comunidades autónomas que mejor funcionan son aquellas donde el modelo de colaboración público privada está más y mejor engrasado, como en la Comunidad de Madrid y en la Comunidad Valenciana. Por este motivo, desde el sector privado no entienden el empeño de la actual ministra de Sanidad por tratar de romper un modelo que funciona y que, de tener imperfecciones, están más del lado de financiación por parte del sector público, que de la prestación de servicios.

Los grandes retos del sistema sanitario privado

El doctor De Porres, CEO de ASISA, destacaba los tres grandes retos que tiene que afrontar el sistema sanitario en España: "La sanidad en nuestro país tiene que afrontar fundamentalmente tres retos: el demográfico, el de la sostenibilidad económica y el de la tecnología".

El primero de ellos es evidente: "La población española está envejeciendo de una manera importante, vamos a ser el primer país del mundo de mayor edad media", por otro lado, "desde el sistema de la sostenibilidad, necesita una reestructuración profunda que va a obligar a hacer una revisión de los criterios de financiación y gobernanza de un modelo descentralizado en 17 modelos de salud que no funcionan de una manera muy coordinada a día de hoy."

Por último, desde el punto de vista de los cambios tecnológicos, el doctor De Porres recordaba que estamos "en el inicio de una transformación brutal que tiene que ver de un lado de la transformación de la genómica y de otro lado la revolución tecnológica que están produciendo un avance en la medicina, que nos van a permitir cambiar el curso de las enfermedades pero a un coste que no sabemos cómo vamos a poder afrontar".

Por su parte, Luis Mendicuti, hacía énfasis en los efectos que el fuerte envejecimiento de la población, unido a la cronificación de enfermedades que antes eran mortales, va a tener sobre el sistema sanitario en España. "El sistema público-privado tiene que adaptarse a las necesidades que le demanda la población. El envejecimiento y la cronicidad está haciendo que aumente considerablemente la asistencia sanitaria y es diferente a la que reclamaban los ciudadanos hace unas décadas. Tenemos que cambiar el paradigma de la asesitencia sanitaria del curar al cuidar y el sistema sanitario tiene que adaptarse a esta necesidad ". Además, el sistema público "no debe renunciar a la colaboración con el sistema sanitario privado. El sector sanitario no es una amenza, sino parte de la solución a la sostenibilidad del sistema sanitario y ayudarle en todo lo que sea necesario", decía Mendicuti.

Las soluciones

Y ante estos retos, las soluciones pasan, según los invitados al coloquio en Libertad Digital, por aumentar la complementariedad del modelo. En opinión del Consejero Delegado de Asisa, el doctor Enrique de Porres, "es importante no perder de vista que sanidad pública es toda aquella que el ciudadano no paga de su bolsillo, y eso supone introducir en laa gestión de lo público criterios de gestión empresarial, de aumento de la eficiencia y de comparabilidad entre lo que se hace en el sector privado y en el sector público para mejorar la eficiencia y los resultados en salud. Sólo desde la experiencia compartido se podrán resolver los problemas de medio plazo y de futuro del Sistema Nacional de Salud".

Por su parte la directora de la Cátedra de Salud Sostenible y Responsable de la UCM, Ana Rosado, también ponía el acento en la financiación, "esa es la primera solución y más importante y la segunda es el envejecimiento y la velocidad a la que estamos envejeciendo, nos obligan a poner soluciones rápidas que no colapsen el sistema, sino que agilicen la calidad de vida".

Finalmente, Luis Mendicuti, Secretario General de ASPE, se refería al contexto de aumento de la demanda de asistencia sanitaria y al hecho de que el "aseguramiento debe ser fundamentalmente público", el Estado y las Comunidades Autónomas "se ven en la obligación de medir los resultados de la asistencia sanitaria prestada por los distintos prestadores públicos y privados, compararlos entre ellos, y optar por aquel dispositivo sanitario más eficiente para los ciudadanos". Para Mendicuti, este es el único camino que puede hacer sostenible un sistema que está actualmente muy amenazado por el incremento de la demanda sanitaria.

Informe sobre el Mutualismo Administrativo

La Cátedra de Salud Sostenible y Responsable de la Universidad Complutense junto con ASPE ha publicado, precisamente, un informe sobre el Mutualismo Administrativo. Y una de las conclusiones más importantes es que el mutualismo administrativo no se puede hacer desaparecer de un plumazo. Ana Rosado, directora de esta cátedra, recuerda que esta parte de la sanidad privada en España, atiende a la mayoría de los funcionarios de nuestro país y esto hace que, de desaparecer, el sistema público no sería capaz de absorber a más de 1,5 millones de pacientes.

Además, Rosado recordaba que los funcionarios en MUFACE cuestan de media 600 euros menos que el resto de pacientes.

En definitiva, los datos de este informe, así como la experiencia que aportaron desde ASPE y ASISA al debate, dejaban meridianamente claro que la sanidad española colapsaría en caso de que el Gobierno termine con los conciertos público privados.

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