La Unión Europea ha aprobado este lunes definitivamente la polémica ley de Restauración de la Naturaleza. Con la oposición de agricultores, ganaderos y pescadores, todos los estados miembros están obligados a restaurar todos los ecosistemas dañados antes de 2050. El problema es que esa ley supondrá la pérdida de un 40% del territorio cultivable incluido en la Red Natura y la "ruina de miles de familias" que viven del campo, según denuncian sus detractores.
Este reglamento ha tenido una tramitación sumamente tortuosa, con vetos en comisiones y desacuerdo entre países. El reglamento estaba ya pactado entre los propios estados, y también con el Parlamento Europeo, que lo aprobó el pasado febrero en sesión plenaria. Pero en el último momento, el Consejo rechazó la ley en su tercera y última fase después de que Hungría se pasase al bando de los detractores.
Este lunes, in extremis, la UE finalmente ha aprobado el expediente que casi tumba Hungría y que ha terminado salvando la ministra de Medio Ambiente de Austria, que milita en los Verdes. En la víspera de la votación de este lunes, Viena cambió su voto al bando del "sí" y eso ha permitido que el Consejo de la UE alcance por la mínima la mayoría cualificada necesaria: un 66,07% de la población de la UE, justo por encima del 65% requerido.
Crisis en Austria
La UE ha aprobado la Ley de Restauración de la Naturaleza gracias a la ministra austríaca de Medioambiente, la ecologista Leonore Gewessler. Sin embargo, su socio en el Gobierno (el Partido Popular) afirma que la ministra ha procedido en contra de la Constitución del país.
Por este motivo, el Gobierno de Austria que lidera el conservador Karl Nehammer presentará un recurso de anulación ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), según la agencia local APA.
La ministra Ribera lo celebra
El reglamento se ha adoptado finalmente con los votos a favor de Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Alemania, Estonia, Irlanda, Grecia, España, Francia Croacia, Chipre, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Austria, Portugal, Rumanía, Eslovenia, Eslovaquia, el voto en contra de Italia, Hungría, Países Bajos, Polonia, Finlandia y Suecia y la abstención de Bélgica.
"Es una muy buena noticia para todos los europeos, pero para la biodiversidad en su conjunto también a nivel mundial", ha señalado la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, quien agregó que ahora será necesario "diálogo" y "acompañamiento", además de "un compromiso con el sector primario", que señaló como el sector que más necesita una naturaleza viva.