Cada día es más evidente que el famoso "cohete", con el que Sánchez compara la economía española, está muy lejos de ser un verdadero vehículo que salga disparado a toda velocidad hacia las estrellas. Más bien, parece que el presidente se haya montado en uno y siga desde entonces en las nubes, muy lejos de la realidad que pisan cada día los ciudadanos españoles.
Ya hemos repasado con profundidad y en muchas ocasiones en esRadio y Libertad Digital los datos que evidencian que la economía española está muy lejos de ir como una moto o un cohete. Desde el poder adquisitivo de los españoles, que ha caído de manera súbita y en cifras récord, muy por encima del comportamiento de otros países homologables a España, hasta los datos de paro, o la huída del capital extranjero, dan cuenta de la debilidad de nuestra economía.
Y sin embargo, en este contexto, nuestros gobernantes no han dudado en fajarse metiéndonos la mano en los bolsillos. Según un reciente informe de la Comisión Europea, España es el país en el que más sube la presión fiscal del viejo continente. Y eso que la presión fiscal se mide en comparación con los datos del PIB, que por efecto de la inflación y el gasto público están dopados. Si comparamos el volumen de impuestos con el poder adquisitivo real de los españoles, vemos que nos roban más del 40%, siendo más alta que en Noruega o Dinamarca.