La prima de riesgo francesa se ha igualado a la española. Esta circunstancia pone de manifiesto la necesidad de un cambio de rumbo en la política gala, donde el manejo de la economía lleva ya muchos años demostrando una notable incapacidad para controlar desequilibrios clave como su abultado déficit presupuestario.
Hace escasas semanas, la prensa internacional asoció el nombramiento de Michael Barnier como nuevo primer ministro francés como un supuesto giro a la derecha de Emmanuel Macron, pero lo cierto es que el nuevo encargado del gabinete gubernamental acaba de anunciar una serie de medidas fiscales que recuerdan al tipo de agenda fiscal defendida por la izquierda en las últimas elecciones legislativas celebradas en el país galo.
Se acerca el otoño y el nuevo Ejecutivo tiene poco tiempo para aprobar un presupuesto, pero Barnier no ha perdido el tiempo y ya se ha dejado ver en la cadena de televisión France 2, donde ha anunciado una subida fiscal centrada en "los ricos". Para ser precisos, el primer ministro de nuestro país vecino apuntó que "aunque no vamos a subirle los impuestos a todos los franceses, no podemos excluir a los ricos del esfuerzo nacional que debemos hacer para rectificar la situación que vivimos con el déficit".
El actual presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, asumió las riendas del país en 2017, cuando el déficit público alcanzaba el 3,4% del PIB. Esta brecha no se ha cerrado desde entonces, puesto que el país galo cerró el pasado ejercicio 2023 con un descuadre del 5,5% del PIB en el presupuesto público. Esto significa que la Era Macron ha disparado un 60% el diferencial negativo existente entre los ingresos y los gastos de las Administraciones.
Desde que accedió al Elíseo, Macron ha contado con un total de cinco primeros ministros: Édouard Philippe, que sirvió de 2017 a 2020, Jean Castex, que ocupó el cargo entre 2020 y 2022, Élisabeth Borne, que asumió la responsabilidad de 2022 a 2024, Gabriel Attal, que se mantuvo en el cargo desde enero hasta septiembre de 2024, y Michael Barnier, que acaba de arrancar su periplo a las órdenes de Macron.
Ninguno de estos responsables de gobierno designados por el presidente Macron ha conseguido contener el déficit público. De hecho, las previsiones que ha puesto encima de la mesa Barnier apunta que el déficit llegará al 6,2% del PIB en 2025, lo que supondría un aumento de 0,7 puntos adicionales en relación con el pasado curso 2023. Mientras tanto, la deuda alcanza el 110% del PIB.
Barnier, que lideró la negociación del Brexit por parte de la representación de la Unión Europea, inaugura de esta forma su periplo de gestión, repitiendo las mismas recetas que ya han fracasado antaño. No hay que olvidar que, de acuerdo con Eurostat, Francia es el país con mayor presión fiscal de la Unión Europea y su sistema tributario extrae el equivalente al 48% del PIB a través de sus distintas vías recaudatorias.