
La pobreza sigue disminuyendo en la Argentina de Milei. Estos datos surgen de un trabajo elaborado por el Ministerio de Capital Humano e impulsado por el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (CNCPS), que en base a datos del INDEC ha proyectado que, en el tercer trimestre de 2024, la incidencia de la pobreza se situó en el 38,9%.
El gabinete liberal explica que "gracias a la implementación de políticas económicas que han contribuido a reducir la inflación y estabilizar la economía, la pobreza continúa descendiendo a lo largo del año 2024, tras haber pasado del 54,8% el primer trimestre del ejercicio al 51% en el segundo y al 38,9% en la proyección adelantada para el tercer trimestre del curso".
La pobreza extrema, que llegó a ser del 20,2% entre enero y marzo, se situó en el 16% entre abril y junio y bajó nuevamente al 8,6% en el periodo de julio a septiembre. Por tanto, se ha producido un descenso del 30% en los indicadores generales de pobreza, así como una caída del 58% en la ratio que mide el grado de pobreza extrema en el país del Cono Sur.
Desde la Administración Milei destacan que "este descenso se explica por dos factores clave: las políticas económicas tomadas por el Gobierno que ayudaron a equilibrar la macroeconomía y poner un freno a la inflación, y la focalización de transferencias hacia los sectores más vulnerables, directas y transparentes, eliminando otros gastos".
Sobre este último punto, el gobierno argentino ha explicado que "al inicio de la legislatura, el 50% de los recursos destinados a las poblaciones más vulnerables se distribuía a través de intermediarios. Ahora, el 94% de estos recursos se transfieren de forma directa". En la práctica, esto ha ayudado a que las ayudas sociales sean menos costosas y más efectivas.
El tamaño del Estado se reduce
La "motosierra" aplicada por Javier Milei ha propiciado asimismo una acelerada reducción del gasto público, que se situaba en el 44% del PIB cuando el galardonado con el Premio Juan de Mariana llegó al poder, pero se reduce ahora hasta el 33% del PIB a raíz de una política de ajustes que ha reducido ostensiblemente los dispendios de la Administración.
Se trata, pues, de un recorte del 25% en el peso relativo del Estado sobre el PIB, con todo lo que eso supone en términos de estabilidad presupuestaria y fomento de la actividad privada. Estos datos ya se reflejan en el crecimiento, que en el tercer trimestre de 2024 fue del 3,9% en relación con el segundo trimestre del año y, en comparación con el mismo periodo de 2023, alcanzó una subida del 16%.