
La política socialista y separatista de Navarra hace aguas por todas partes. Y en materia empresarial o económica la lista de hitos empieza a ser incalculable. El último capítulo es el del gigante Arcelor Mittal, pero la lista incluye cierres, recortes o despidos en empresas como Gamesa, BSH, Volkswagen, etc. Todo un alarde de problemas empresariales a los que el Gobierno de la socialista María Chivite con los separatistas y el apoyo de los proetarras y comunistas responde con más guiños a sus socios independentistas y de extrema izquierda.
Desde la empresa de autobuses Sunsundegui, hasta la fábrica de electrodomésticos BSH, la tecnológica de energías renovables Siemens Gamesa, la emblemática en Navarra Volkswagen o el gigante siderúrgico Arcelor Mittal. Todos se han sumado a una lista de problemas empresariales en Navarra en un momento en el que peso sindical crece, las trabas burocráticas también, la carga fiscal, de forma más que notable y las vías de solución de problemas en el Gobierno regional no brilla por su eficacia.
El último capítulo lo ha protagonizado Arcelor. Los sindicatos y Arcelor Mittal ya han llegado a un acuerdo para un nuevo expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) por causas productivas. Un pacto que estará operativo hasta diciembre de 2025. El impacto sobre el empleo será más que notable: no podrá superar el 40% en el caso de la planta vasca y el 35% en el de la navarra. Y resulta llamativo que las factorías de Asturias y Sagunto (Valencia), por el contrario, solo podrán perder, de forma temporal, el 15% de los puestos de trabajo.
Y no es la única mala noticia de estas Navidades en Navarra. El fabricante de electrodomésticos alemán BSH, (que engloba marcas como Bosch, Siemens o Balay) ha comunicado el cierre de su fábrica de Esquíroz. En total, 667 trabajadores se verán afectados por esta medida.
El argumento de la empresa, el mismo que en el caso de Arcelor: "Falta de competitividad". "Lamentablemente, en los últimos años estamos viviendo una evolución persistentemente difícil de nuestros mercados, unida a una fuerte competencia. A pesar de las numerosas medidas de mejora realizadas, la producción de electrodomésticos en la planta de BSH en Esquíroz ha dejado de ser competitiva", ha indicado un reciente comunicado de la empresa a los trabajadores.
Y todo ello sucede en un momento político muy concreto, en el que, lejos de darse prioridad al crecimiento empresarial, económico y de empleo, la atención del Ejecutivo navarro se presta de forma absoluta a las exigencias de los aliados separatistas, comunistas y proetarras del PSOE-PSN.
Y es que no es el primer caso de un evidente debilitamiento industrial de Navarra. El primero en avisar de los nuevos vientos y de que las cosas habían cambiado en la comunidad foral fue uno de los mayores estandartes de la economía de esta región: Volkswagen y su factoría de Landaben. Después fue Gamesa, que acabó dulcificando en parte su posición ante la mediación del Gobierno de España y los pactos alcanzados de salvación de Siemens -su matriz- con cargo al presupuesto nacional. Y, mientras, el Gobierno foral ha seguido empeñado en una política pactada con comunistas, separatistas y Bildu que se ha convertido en un freno a la competitividad de las empresas.
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