
Cada año hay menos niños. Los bajos datos que da el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la natalidad en España es un problema que, evidentemente, afecta de manera proporcional al sector del juguete. Durante 2023 se registraron 320.656 nacimientos en España, lo que supuso un descenso del 2,6% respecto al año anterior. El sector se va a tener que adaptar en la oferta de sus productos de cara a un posible futuro donde la baja natalidad sea más inminente.
La industria del juguete en España cerró 2023 con una facturación de 1.705 millones de euros, lo que representa un leve crecimiento del 0,35%. Este aumento contrasta con un panorama económico complejo marcado por la caída de la población infantil (-1,8% en menores de 11 años) y la reducción de la renta disponible de las familias debido al impacto del IPC y el Euribor.
El consumo nacional de juguetes creció apenas un 0,13%, alcanzando los 1.212 millones de euros, mientras el gasto por niño y año se situó en 221 euros, un 3,42% más que en 2022, aunque muy por debajo de países como Francia (330 euros) o Alemania (380 euros).
Un mercado estacional
La campaña navideña, que concentra el 60% de las ventas anuales, resulta decisiva para el sector, según los datos del informe de la campaña de 2024 de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes. Las tres semanas previas al Día de Reyes suponen cerca del 30% de la facturación anual, consolidando a España como el país europeo con mayor estacionalidad en las ventas de juguetes. La Asociación aún no tienen los datos de estas últimas dos semanas, que serán decisivas en los resultados finales.
Marta Salmón, presidenta de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), destaca el esfuerzo de la industria por contener los precios pese al aumento de los costes. "El IPC de juguetes en 2023 fue del 0,6%, frente al general del 3,1%, y en 2024 apenas ha subido un 0,5%", explica.
Además, categorías como construcción, vehículos y juegos de mesa para adultos han mostrado un comportamiento positivo, mientras que los "kidults" (adolescentes y adultos aficionados a los juguetes) representan ya el 29% del mercado, con un crecimiento del 3%, liderado por el segmento de mayores de 18 años. El sector va acomodándose a lo que puede ser un riesgo en un futuro, apostando por juegos adaptados a un posible nuevo objetivo de clientes.
Ventas online vs físicas
El comercio electrónico, que ya supone el 35% de las ventas de juguetes, enfrenta importantes desafíos debido al aumento de productos inseguros y falsificaciones. Según un estudio reciente de la Asociación Europea del Juguete (TIE), el 86% de los juguetes comprados en plataformas en línea no cumplían las normas de seguridad de la UE, y el 80% representaban riesgos graves para los niños.
La AEFJ alerta sobre las lagunas legales que eximen a las plataformas de responsabilidad si los vendedores están fuera de la Unión Europea, y reclama que el nuevo Reglamento de Seguridad de los Juguetes reconozca a estas plataformas como operadores económicos.
El daño de las falsificaciones también es significativo: la EUIPO estima que el sector pierde en España 113 millones de euros anuales, lo que equivale al 11% de la facturación total y al 5% de los empleos directos.