En el año 2023, José Luis Escrivá aprobó una polémica reforma de las pensiones basada en subir impuestos sin reducir ni un euro del gasto del sistema. Una de las partidas que influye sobremanera en este aumento del gasto es la actualización de las prestaciones al IPC, una medida que se lleva aplicándose desde la entrada en vigor de la norma. Este año, el Gobierno llevaba semanas celebrando a bombo y platillo que iba a subir las pensiones un 2,8% en 2025, tal y como ha cerrado la inflación.
Pedro Sánchez metió el pasado miércoles a los jubilados en su juego político sometiendo a votación, en el Congreso de los Diputados, su polémico decreto Ómnibus en el que incluía las ayudas a la Dana o la revalorización de las pensiones. Pero Junts y PP tumbaron ese coctel de normativas, y el Ejecutivo fracasó en su chantaje (forzar al resto de formaciones a aprobar medidas con las que están en desacuerdo a cambio de sacar adelante las que sí tienen su apoyo).