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Peregrinación a Waterloo de gremios y patronales para frenar la reducción de la jornada laboral

Puigdemont hace valer su influencia sobre Sánchez para ejercer de mediador entre el empresariado catalán y el Gobierno.

Puigdemont hace valer su influencia sobre Sánchez para ejercer de mediador entre el empresariado catalán y el Gobierno.
El expresidente de la Generalidad de Cataluña, Carles Puigdemont. | Europa Press

La residencia del prófugo Carles Puigdemont en Waterloo ha dejado de ser el Palmar de Troya de los últimos "procesistas" para convertirse en una especie de gestoría a la que acuden gremios y patronales para solicitar la mediación de Carles Puigdemont con el Gobierno de Pedro Sánchez. El expresidente de la Generalidad ha dado cuenta en sus redes sociales de la última de estas visitas, la de los representantes de la Unión Patronal Metalúrgica de Barcelona y el Consejo de Gremios de Comercio, Servicios y Turismo.

Los dirigentes empresariales tuvieron que pagar el peaje de la foto con un Puigdemont plantado en el centro. De momento no tiene la amnistía "política" (la foto de la humillación que reclama a Sánchez), pero ya ha obtenido el perdón de no pocos empresarios cuyos intereses quedaron seriamente dañados antes, durante y después del golpe de Estado.

La razón es la influencia determinante que el prófugo de la justicia ejerce sobre el presidente del Gobierno, el papel de Junts en la gobernabilidad y la capacidad exhibida especialmente esta semana para aprobar o frenar decretos. Y en ese contexto, los empresarios creen que Puigdemont puede tumbar la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas que pretende imponer el Ejecutivo a propuesta de la vicepresidenta Yolanda Díaz.

El primero en rescatar a Puigdemont del ostracismo fue el presidente de la patronal Foment del Treball, antes Fomento Nacional del Trabajo, Josep Sánchez Llibre, un exdirigente de la extinta Unió (la otra pata de CiU), que se ha erigido en el principal propagandista del retorno de las empresas que abandonaron Cataluña tras el referéndum ilegal del 1-O y la proclamación de independencia.

Antes incluso de las últimas elecciones generales, cuyo resultado otorgó a Puigdemont la llave de la gobernabilidad, Sánchez Llibre se había reunido en varias ocasiones con el expresidente catalán fugado. Instaba a una reconciliación entre el empresariado organizado y el partido de Puigdemont, Junts, que en aquellos momentos pretendía derivar hacia las posiciones "moderadas" de la Convergencia de Jordi Pujol.

Después de las elecciones, la peregrinación a Waterloo pasó a tener efectos prácticos, que son los que quieren explotar ahora los empresarios catalanes para impedir el nuevo trágala que pretende imponer Yolanda Díaz con el único concurso de los sindicatos.

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