2025, va a ser un año de crecimiento sostenido y que el ciclo económico se prolongará. Desde Banca March estiman un crecimiento global del 3,2%. Es decir, apenas una décima menos que el promedio histórico. Esto será posible debido a la fortaleza del mercado laboral y al aumento de los salarios, que permitirá mantener una recuperación de los ingresos de los hogares por encima de una inflación que cada vez está más contenida y, con ello, continuar estimulando el consumo.
Este aterrizaje suave de la economía global continuará liderado por Estados Unidos, Europa seguirá rezagada y China sigue sin despegar, aunque creciendo a ritmos altos.
En cuanto Trump, la tesis de que, al final, terminará influyendo menos de lo que pueda parecer. La razón no es su falta de ímpetu sino una economía que está en una situación muy diferente a la de su primer mandato: el déficit público de EEUU es del 7%, más del doble de ese 2,9 que había antes y la deuda pública/PIB está al 123% frente al 105. No podrá recortar impuestos con tanta ligereza como en el pasado y para modificar el gasto público no es tan fácil como parece si no consigues el 60% de los votos del Senado. Realmente puede actuar sobre un 2,5% del PIB si uno detrae gastos estructurales, defensa e intereses. En su anterior mandato, los redujo. A modo de ejemplo, aumentó el número de funcionarios en un 3,4% por más que ahora parece estar en contra.
El otro gran temor es que se desate una guerra de aranceles. A pesar de su importante capacidad de negociación, Estados Unidos no sería inmune a una guerra comercial y, si se impusieran aranceles generalizados las demás regiones tomarían represalias. La de impresión Banca March es que habrá un proceso de negociación muy duro, con todas las redes sociales por en medio, pero que al final los aranceles serán más comedidos que lo que Trump prometió en campaña, que implicaría los mayores aranceles de los últimos 100 años.