
Comprar a través de internet se ha convertido en el gesto más común de los consumidores. Las tiendas y plataformas online permiten buscar y adquirir productos con un simple gesto, teniendo las necesidades y los caprichos a un click. La población realiza este tipo de compras por la facilidad de recibir el artículo en el domicilio o en un lugar exacto en una fecha concreta.
Libertad Digital se ha trasladado a la tienda Temu Box en calle Fuencarral, Madrid, para conocer el negocio de los paquetes sorpresa cuyo establecimiento distribuye los pedidos perdidos a un bajo coste.
Una tienda que, sin embargo, nada tiene que ver con la plataforma de venta online Temu. Su equipo de comunicación, en conversación con Libertad Digital, han aclarado que el negocio de este establecimiento es completamente ajeno a su compañía.
¿Cómo se compran los paquetes sorpresa?
En Temu Box podemos encontrar un establecimiento que distribuye los paquetes a un bajo coste. La tienda situada en el centro de la capital pronto cambiará de nombre y hará un rebranding convirtiéndose en un gran almacén de reparto de aquello que los propietarios no quieren o reclaman.
Carmen no suele comprar de forma online, pero la curiosidad le ha hecho visitar la tienda. "Comprar sin ton ni son", explica la vecina de la capital, "es como comprar el roscón esperar la sorpresa", continúa, "una compra de tontos". Sin embargo, le ha llamado la atención la cantidad de gente que se encuentra en el establecimiento tocando paquetes y la capacidad de compra para adquirir productos sorpresa. "Me sorprende que la gente compre sin saber si es una braga, un sujetador o un zapato", reflexiona.
Estas tiendas de adquisición de pedidos perdidos tienen un funcionamiento sencillo. Los paquetes envueltos se encuentran repartidos por todo el establecimiento y cada cierto tiempo los dependientes reponen con nuevos paquetes sorpresa, por lo que los clientes revisan todos los rincones e identifican cuáles son los más especiales. Para ello, tocan y palpan la dureza y normalmente triunfan aquellos que son fáciles de percibir, los que se encuentran en cajas por el imaginario de que se trata de algo más especial o frágil, y se descartan aquellos blandos. Además, los compradores agitan y mueven las bolsas, como truco para identificar los mejores regalos a través del sonido. La procedencia del paquete o el envoltorio también pueden darte pistas sobre el interior, pues son expuestos tal y como se distribuye el producto del lugar de origen, con la pegatina de la empresa y del cliente, pero sin mostrar los datos personales. Asimismo, también es recomendable observar si hay aberturas o agujeros que puedan orientarte. Una vez tienes elegido tu paquete, lo pesas en la báscula y lo cobran al peso.
Al realizar la compra sorpresa el comprador acepta el riesgo que supone, ya que el contenido es totalmente aleatorio y las tallas, en caso de ser ropa o zapatos, puede no cumplir con sus expectativas, así como que los artículos pueden estar o no dañados, incompletos o no funcionales. Por lo que el establecimiento advierte y no se aceptan reclamaciones sobre el estado, calidad o naturaleza de los productos, ni devoluciones o reembolsos.
¿Qué ocurre con los paquetes que se devuelven o se pierden?
"Hay muchas cosas que sirven y otras que no tanto", explica Fiorela, consumidora de este tipo de plataformas. Hasta hace un tiempo era toda una incógnita lo que ocurría con los pedidos devueltos. La realidad es que comprar a través de una pantalla no es tan sencillo, pues, en ocasiones, el producto adquirido no se asemeja a la realidad, ya sea porque la imagen de la plataforma no muestra los detalles, la calidad no es la esperada, no tiene funcionalidad o se encuentra defectuoso.
"No me fío de las fotos", comentan algunos clientes de la compra online. "Hay muchas cosas que no son de buena calidad" y ejemplifican la dificultad de encontrar la talla exacta. Sin embargo, aclaran que para momentos puntuales "viene muy bien".
Por ello, la mayoría de los comercios ofrecen devolver bajo el mismo proceso de compra o en el propio establecimiento físico. Sin embargo, cuando se trata de productos adquiridos a través de importaciones de China a bajo coste, los productos nunca regresan al lugar de procedencia, sino que permanecen en un almacén del país del comprador, ya que el viaje de vuelta sería más elevado que el coste adquisición.
Con los paquetes perdidos pasa algo similar y se ha convertido en una gran novedad que ofertan las grandes capitales. Las empresas de compra y de transporte han optado por vender estos pedidos que los clientes no reclaman en tiendas físicas bajo el efecto sorpresa. Este método es el que ha hecho posible que muchos productos coleccionables de origen asiático triunfen en el ocio o en la moda, como la fiebre de los Sonny Angels o la amenaza de los Labubus que prometía desbancarlos.
Bruselas impone trabas en los paquetes de menos de 150 euros
Las nuevas plataformas como Temu, Shein o Ali Exprés han aumentado sus ventas debido a su relación calidad precio y a la rapidez del pedido, de forma que los clientes hacen una gran compra cuando acumulan varios productos a un bajo precio. La variedad y el precio comparado con tiendas físicas es más barato en internet reflexionan Nerea e Itziar, consumidoras de compras a través de tiendas online. "Los diseños son más peculiares", comenta Caroline como clienta, a pesar de que no se traten de productos exclusivos explica la posibilidad de encontrar artículos "diferentes y baratos".
Sin embargo, estas tiendas online podrían estar en peligro debido a la nueva medida impulsada por la Unión Europea. Bruselas ha plantado cara a las importaciones baratas de China – se trata del 91% de envíos totales y están exentos de impuestos – y busca reformar la normativa aduanera para frenar la llegada masiva de paquetes de escaso valor planteando mayores controles y trabas en la adquisición de este tipo de compras, lo que implicaría la eliminación de exenciones fiscales, como la imposición aranceles a los paquetes de menos de 150 euros.
La posible introducción de tasas de tramitación no está teniendo una gran acogida por los clientes de este tipo de plataformas. "Ahora se compra de todo, hasta lo más mínimo", pero con esta medida piensan que "la gente comprará menos", ya que los productos "tampoco tienen tanta calidad" y dependería del tipo de subida su continuidad en estas tiendas online. "No me parece muy bien", sentencia Caroline. "No tienen por qué interferir en el precio", reflexionan los consumidores, "si está barato y va funcionando no tienen por qué meterse". Asimismo, Itizar comenta que las dificultades para adquirir su compra también influirían en su decisión para realizar futuras compras.