Casi por imperativo legal, comenzaremos este artículo diciendo que las opiniones que en él vertemos no constituyen bajo ningún concepto una recomendación de inversión. Sencillamente trasladamos algunas circunstancias que rodean a dos valores en boca de todos en estos días y que, por si mismas, constituyen una razón poderosa para, al menos, echar un vistazo a las mismas.
Los dos activos de los que hablamos son una acción y una materia prima: Tesla y oro.
Tesla
La compañía que dirige Elon Musk está de capa caída, lleva una pérdida de más del 23% desde máximos de diciembre de 2024 cuando tocó los 436 dólares. Ahora mismo cotiza 100 euros por debajo en 336, a la hora de elaborar esta noticia. Sin embargo, si ampliamos el foco, la acción de Tesla ha multiplicado por más de once desde mínimos de 2020, cuando cotizaba a 28,4 dólares.
Algunos de los analistas que más de cerca siguen la compañía, consideran que las caídas del último mes tienen mucho que ver con la llegada del nuevo Model Y, las dificultades para su comercialización en Europa, y también considera que es normal que la compañía sufra un momento de malas críticas después de las últimas polémicas de su dueño. Sin embargo, algunos de estos analistas consideran que todavía sigue teniendo mucho valor, y el avance normativo en EEUU respecto a la conducción autónoma, la puesta en marcha de los robotaxis, así como el mercado que se le abre con los robots humanoides convierten a la compañía todavía en una apuesta ganadora.

Otros analistas, en cambio, creen que el modelo de Tesla está agotado y que el frenazo en las ventas de eléctricos en el último año evidencian que el recorrido que le queda a Tesla es a la baja.
Sea como fuere, es una acción que sigue sin dejar indiferente a nadie.
Oro
Sin duda, el activo de moda en este momento es el oro. Una materia prima que generalmente ha funcionado como valor refugio y que actualmente se encuentra en máximos históricos, rozando los 3.000 dólares por onza. Sólo hace cinco años, en marzo de 2020, estaba ligeramente por encimad e los 1.500. Se ha doblado en cinco años. En los últimos diez años ha mostrado una férrea revalorización marcando rentabilidades anualizadas superiores al 9%.
Además, de nuevo, los expertos que siguen esta materia prima insisten en que la situación macroeconómica y el fuerte nivel de endeudamiento tanto de EEUU como de la UE, favorecen la desconfianza sobre los bancos centrales y el sistema monetario. De hecho, la compra masiva de oro por parte de los bancos centrales ya es un síntoma evidente de esta sospecha.

En este sentido, consideran que, de seguir así la tendencia, el oro continuará su racha alcista.
Otros inversores, en cambio, no creen que el problema inflacionario vaya a ocasionar ninguna escalada por el elevado nivel de endeudamiento de los países, por lo que no creen que el oro vaya a continuar con esta racha.
En cualquier caso, se trata, sin duda, de uno de los activos cuyo estudio más favorece a los inversores que, de una manera o de otra, quieran tener parte de su cartera refugiada de la inflación.