En Colombia se han arrasado 107.000 hectáreas de bosque y selva durante 2024, un 35% más que el año anterior, según ha reconocido el propio gobierno de Gustavo Petro, el mismo al que la vicepresidenta Yolanda Díaz alaba porque "protege a las personas, a la democracia y al planeta".
La noticia ha pasado desapercibida para gran parte de los medios de izquierda radical, no consta que Greta Thumberg haya acudido rauda al Amazonas y Pablo Iglesias, que en su día calificó a Petro como "un referente ético e ideológico para la izquierda en todo el mundo", todavía no se ha pronunciado ante semejante ecocidio.
Según el Ministerio de Medio Ambiente de Colombia, de las 107.000 hectáreas de bosques desaparecidas en 2024, un 63,5% corresponden a la Amazonía colombiana (68.000 ha.). La mayor parte de la deforestación en la Amazonía en 2024 ocurrió en los parques nacionales naturales en los que "hubo cero deforestación en 2023", según el ministerio.
Sin embargo, para el Gobierno de Petro, los culpables de la deforestación en Colombia son los "acaparadores de tierras" y Donald Trump. Según ha explicado el Ministerio de Medio Ambiente, "la minería ilegal y la ganadería extensiva están entre las principales causas de la deforestación en las diferentes zonas del país". Además, señalan, en esas partes del país hay "acaparadores de tierras que están haciendo grandes operaciones" de tala de árboles.
El otro culpable es Trump. Asegura el Gobierno de Petro que la semana pasada se congelaron unos 70 millones de dólares (unos 66,7 millones de euros) en fondos ambientales de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) por decisión del nuevo gobierno de ese país.