Desde su regreso a la Casa Blanca, Donald Trump no ha dejado de suponer una preocupación política y económica para el resto del mundo. Así, el presidente de EEUU ha decidido emprender una ofensiva comercial que pasa por imponer elevados aranceles y usar esto como un medio de presión en las negociaciones con los demás países.
Sin embargo, a quién debería preocupar especialmente la nueva política de Trump es a Europa, que se encuentra muy debilitada por el exceso de intervencionismo y la baja productividad de su economía. Dentro de ella, España se sitúa precisamente como uno de los países donde la presión sobre las empresas y los trabajadores es mayor, por lo que se incrementa el lastre sobre la actividad económica.
En este contexto, debemos tener en cuenta que la imposición de nuevos aranceles afecta a toda las partes implicadas. Por un lado, supondrá un aumento de los precios de algunos bienes para los estadounidenses. Por otra parte, como publicamos en Libre Mercado, un informe de la consultora Freemarket destaca que el 20% de las exportaciones europeas y el 5% de las españolas son destinadas a EEUU.
e hecho, uno de los aranceles que más perjudicarán a nuestro país es el aplicado sobre el acero y el aluminio, puesto que, de acuerdo con la Cámara de Comercio, "esta medida podría suponer una reducción media del 10,4% del valor total de las exportaciones españolas de acero y aluminio destinadas a Estados Unidos". En este mismo sentido, según datos ofrecidos por Unesid y el Ministerio de Economía, estarían en juego 500 millones de euros en nuestro país precisamente por los aranceles sobre estos productos.
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