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La pobreza extrema ya afecta a menos de 700 millones de personas: y sí, es un logro espectacular

A pesar de la retórica de la izquierda occidental, no es verdad que el mundo vaya cada vez a peor. Al contrario, los grandes indicadores mejoran.

El número de personas que viven en "extrema pobreza" sigue cayendo. Y sí, sigue siendo alto, pero cada vez lo es menos. Esta semana, en La Pizarra de Domingo Soriano, explicamos por qué se está produciendo esta mejoría, por qué no nos lo cuenta y por qué hay tanta gente (políticos, medios de comunicación) empeñados en que creamos que sucede justo lo contrario.

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Este gráfico es uno de los más importantes de los que se publican cada año. Recoge el número de personas que viven en lo que se conoce como "pobreza extrema": ahora mismo, una persona estaría en ese nivel si ingresa menos de 2,15 dólares al día. Sí, es una cifra muy baja. Y sí, desde un país europeo podemos pensar que los que estén justo por encima de ese nivel tampoco lo pasarán muy bien. En los dos casos, tendríamos razón.

Pero lo que no podemos olvidar es que:

  1. El porcentaje de habitantes del planeta que vive en esa situación está cayendo año a año. A comienzos de los años 80, más o menos la mitad de la población mundial entraba dentro de la definición de pobreza extrema (o rozaba este nivel). Ahora ya estamos en el 8,5%... y cayendo
  2. La definición de pobreza extrema se ha endurecido. Antes, para entrar en esa categoría era necesario ingresar menos de uno o dos dólares al día. Este cambio no se ha debido a la inflación (aunque los que hacen estas estadísticas siempre están discutiendo cómo afecta este fenómeno a este tipo de indicadores) sino a que hemos ido subiendo el nivel de lo que consideramos pobreza extrema o del tipo de bienes a los que una persona debe tener acceso para salir de esta clasificación.
  3. En los países ricos, los niveles de lo que se considera pobreza son mucho más elevados. E incluso así, el porcentaje de población en esa situación es una minoría. En EEUU (por poner el ejemplo más citado en este tipo de estudios), para estar en pobreza hay que tener ingresos inferiores a los 25 dólares al día. Esto es muy poco (750 dólares al mes) pero no pensaríamos en una persona con estos ingresos como alguien que no puede permitirse comer o vestirse (Ejemplo: una familia de cuatro miembros con 3.000 dólares seguro que no tiene dinero de sobra para llegar a fin de mes en las principales ciudades norteamericanas, pero no la asociaríamos a la imagen clásica de pobreza).

Pues bien, ahora mismo, algo menos de 700 millones de personas se encuentra en esta situación de pobreza extrema. La mayoría viven en África. En los años 60 y 70, la pobreza era una cuestión asiática. Ahora mismo, en la mayoría de los países asiáticos, esta pobreza extrema es algo casi residual. Sigue habiendo mucho camino por recorrer, pero el progreso de los últimos 30-40 años es espectacular.

Está claro que 700 millones es una cifra muy elevada, pero venimos de más de 2.000 millones de personas en esa situación a comienzos de los años noventa. La tendencia es descendente y con rapidez. De hecho, nunca antes en la historia de la humanidad se habían alcanzado estos niveles tan rápido. Por eso, aunque el dato total puede parecer muy alto, en realidad es una de esas fronteras que no lograban superarse (el Covid ralentizó un poco el ritmo de reducción de la pobreza de finales de la pasada década). Ya estamos en los 690 millones... y bajando, aunque el total de población ha subido en estas tres décadas.

Por supuesto, la otra parte buena de esta noticia es que no sólo cae la pobreza por una mejoría en los ingresos. Todos los demás indicadores de bienestar están mejorando. Daremos aquí las cifras de cinco de los más relevantes:

  • Esperanza de vida: en 1990 era de 64 años; ahora estamos en más de 73
  • Acceso a agua potable: en 1990, poco más de la mitad de la humanidad tenía acceso a agua potable fiable de forma diaria; en 2023, ya rozábamos el 75%
  • Alfabetización: el 38% de la población mundial en 1990 no sabía leer o escribir; en 2023, apenas el 12% de los habitantes del planeta se encuentra en esa situación.
  • Acceso a fuentes de energía fiables: en el año 2000, más de 1.200 millones de personas vivían sin electricidad en su hogar; ahora mismo, son menos de 750 millones de personas.
  • Consumo de calorías: en este indicador, hemos pasado de unas 2.500 calorías por persona y día en 1990 a las casi 3.000 de 2021.

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