
La Presidencia del Gobierno ha rechazado desglosar los 12.934,02 euros que Pedro Sánchez cargó al erario público en concepto de comida y bebida durante sus vacaciones en La Mareta, Lanzarote, el pasado verano. Según una resolución remitida del portal de Transparencia a Libre Mercado, detallar estos gastos de manutención podría exponer datos sensibles relacionados con la salud o condiciones médicas de los implicados, clasificados como "especialmente protegidos" por el Reglamento General de Protección de Datos (UE) 2016/679.
Además, se argumenta que revelar aspectos como marcas de bebidas o tipos de alimentos podría dejar al descubierto la ideología, religión, afiliación sindical, origen racial, salud, vida sexual, datos genéticos o biométricos, información que requiere el consentimiento expreso del presidente del Gobierno para ser publicada. Moncloa argumenta también que los datos solicitados podrían implicar estrategias comerciales o de marketing, como las marcas de productos adquiridos, lo que añade otra capa de opacidad al asunto.
El documento oficial explica que los gastos de la Presidencia se dividen en tres categorías contables —alojamiento, manutención y locomoción—, sin registros que especifiquen conceptos más allá de estas clasificaciones. En total, Sánchez generó un coste de 28.163,80 euros durante su estancia, incluyendo 7.747 euros en alojamiento y 7.482,78 euros en locomoción, además de los 12.934,02 euros en manutención.
La resolución indica que los gastos reportados se enmarcan en las funciones de apoyo al jefe del Ejecutivo y al Consejo de Ministros, reguladas por el Real Decreto 890/2023, pero la falta de transparencia del Ejecutivo en cuestiones relativas a sus viajes, especialmente en el uso del Falcon, ha generado numerosas críticas desde que llegó al cargo en 2018.
Catorce días de estancia máxima en La Mareta
Pedro Sánchez llegó a Lanzarote el lunes 12 de agosto de 2024 y permaneció en La Mareta hasta, como máximo, el 27 de agosto, cuando presidió el Consejo de Ministros tras participar en un acto oficial en Santa Cruz de La Palma el día 23. Aunque no se ha precisado la duración exacta de su estancia, el período no excede los catorce días. Durante este tiempo, los gastos asociados a sus vacaciones ascendieron a más de 28.000 euros, una cifra que ha puesto bajo escrutinio los costes de esta residencia oficial durante el descanso estival del presidente.


La Mareta: una residencia con historia
La finca La Mareta, situada en Costa Teguise, Lanzarote, forma parte del Patrimonio Nacional desde 1989, cuando el rey Hussein de Jordania la donó al rey Juan Carlos I. Este complejo de lujo, diseñado por el célebre arquitecto lanzaroteño César Manrique, fue inicialmente concebido como un regalo para el monarca jordano, quien encargó su construcción en los años 70 como una residencia vacacional.
El diseño refleja el estilo característico de Manrique, integrando elementos naturales como la piedra volcánica y el paisaje insular, con amplios jardines, una piscina de agua salada y acceso directo al mar. Tras la donación, el Estado español asumió su gestión, destinándola como residencia oficial para el presidente del Gobierno y otros altos cargos.

Con una superficie de más de 20.000 metros cuadrados, La Mareta cuenta con varias edificaciones, incluyendo una casa principal y dependencias adicionales, todas decoradas con un estilo que combina modernidad y tradición canaria. En 2023, su mantenimiento tuvo un coste de 13.853,01 euros, desglosado en 8.202,78 euros para tareas generales (fontanería, albañilería, maquinaria), 492,83 euros para reparar el sistema de bombeo del estanque central, 2.996,00 euros en pintura de pavimentos y exteriores, y 2.161,40 euros en arreglos de la sala de máquinas del lago artificial.
Además, la residencia emplea a cuatro trabajadores permanentes, cuya masa salarial ascendió a 149.774,46 euros ese año. Su ubicación privilegiada y su historia ligada a la realeza la convierten en un enclave singular dentro del patrimonio nacional.