
La respuesta al jaque de Oughourlian a los intereses de Moncloa en Prisa la semana pasada tuvo una respuesta inmediata por parte de los accionistas afectos al régimen de Sánchez: la estampida.
Así lo relatan fuentes testigos de estos movimientos accionariales a Libre Mercado: "Los de Global Alconaba, la tropa de Miguel Contreras se ha retirado y lo ha hecho en estampida", nos comentan, y es que el empresario Daniel Romero-Abreu, cuya participación en Prisa está canalizada a través de la sociedad Global Alconaba -fieles a Moncloa- vendió a título individual la semana pasada más de 3,8 millones de acciones del grupo de comunicación propietario de El País.
Daniel Romero-Abreu es un empresario gaditano titular de la firma Thinking Heads. Se trata de una consultora internacional especializada en liderazgo y reputación que, entre otras cosas, tiene una agencia de speakers que representa conferenciantes de alto nivel en diversas áreas y también mantiene como participada otra compañía llamada Gate Center que Rodríguez Zapatero, miembro del consejo asesor, emplea para tender puentes entre China e Hispanoamérica. Vamos, que es un lobby que mueve los intereses de Zapatero entre las dictaduras china y de Hispanoamérica.
Fue la apuesta de Romero-Abreu por el negocio chino. Según algunas fuentes, tanto él como Zapatero vieron claro el interés de China en influir sobre Iberoamérica, donde Zapatero es el gran lobista desde que dejó el Gobierno.
Pues bien, el gaditano Romero-Abreu es uno de los principales inversores de Global Alconaba, la compañía constituida en 2022 por Andrés Varela Entrecanales y Alberto Kanpp, y que ha servido como el asidero de Miguel Barroso (mientras vivía) y José Miguel Contreras (ambos conocidos como "los Migueles") para mantener la influencia de Moncloa sobre Prisa. De hecho, la empresa Global Alconaba nace para adquirir la participación en el Grupo Prisa, cosa que sucede en 2022 con la compra del 7,07% del capital social de Prisa por más de 34 millones de euros.
Después de la jugada maestra que ejecutó el presidente Joseph Oughourlian la semana pasada para aplastar la disidencia mediante la aprobación de una ampliación de capital de 40 millones y la ejecución de parte de un paquete de bonos convertibles en acciones, consiguió que sus enemigos en el congreso diluyeran su participación mientras que Amber (la suya), se mantenía intacta. De esta manera, el presidente de Prisa cuenta con apoyo sobrado en el consejo. Tanto que ni siquiera necesita del de Vivendi para garantizar su continuidad al frente de la compañía.
Las fuentes consultadas por Libre Mercado avanzan que los pasos que quedan por delante favorecen a Joseph Oughourlian, quien estaría esperando la llegada de la Junta General de Accionistas extraordinaria de junio en la que pretende terminar de blindarse en el grupo. Sin embargo, estas mismas fuentes apuntan a que la única baza que le queda al Ejecutivo sería una OPA sobre Prisa, para la que necesitarían a Telefónica, y, además, tendrían que asumir la deuda de 800 millones de euros de Prisa que acaba de refinanciar Oughourlian con la condición de mantenerle como presidente de la compañía.
Tras esta operación, la semana pasada se observaron volúmenes de cotización inusualmente altos dentro del accionariado de Prisa. Buena parte de esos movimientos correspondieron a la venta de ese paquete de acciones.
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