
El Instituto Juan de Mariana ha publicado un informe titulado "Europa ante el proteccionismo" en el que defiende que Bruselas debería adoptar el "mercado único" como respuesta a los aranceles que ha puesto en vigor el gobierno estadounidense presidido por Donald Trump. El estudio en cuestión apunta que dicha apuesta "tendría 10 veces más impacto" que las medidas proteccionistas anunciadas por el mandatario republicano.
"Mientras Estados Unidos reactiva la retórica arancelaria de otra época, la Unión Europea tiene ante sí una oportunidad estratégica: completar su mercado único y liderar la liberalización global del comercio. Frente a la tentación de caer en una guerra comercial, Bruselas haría bien en responder con más libertad, menos trabas y reformas pro-crecimiento que multipliquen la competitividad europea", apunta el documento.
Los datos hablan por sí solos y es innegable que el Viejo Continente tiene un problema: "según un estudio de la Comisión Europea, las nuevas medidas arancelarias impulsadas por la administración Trump afectarían hasta al 70% de las exportaciones europeas a Estados Unidos, con un impacto estimado de 81.000 millones de euros al año. Esto supone multiplicar por más de once las barreras comerciales respecto a los niveles previos, generando un daño considerable en sectores como el automóvil, el acero, el aluminio o la agroindustria. España, por ejemplo, podría sufrir un golpe de 3.550 millones, con la automoción, los fármacos y el campo entre los más perjudicados".
Sin embargo, el IJM considera que "caer en la tentación de responder con nuevos aranceles sería repetir los errores en los que ha incurrido Washington. De hecho, hasta el pasado 1 de abril, Bruselas ya aplicaba más aranceles que Estados Unidos. Así, según la OMC, el arancel promedio europeo es del 2,7 %, frente al 2,4 % que venía imponiendo la Administración estadounidense. Entre 2018 y 2024, los aranceles europeos recaudaron más de 20.000 millones a costa de las empresas americanas, de modo que la UE debe hacer autocrítica".
En este sentido, el Instituto Juan de Mariana considera que "la respuesta no debe ser más proteccionismo, sino más mercado. Un informe del Parlamento Europeo estima que completar el mercado único —es decir, eliminar las barreras internas que aún fragmentan la economía comunitaria— podría elevar el PIB de la UE en un 5%, lo que se traduce en 814.000 millones de euros adicionales de actividad. Es decir: por cada euro que Europa pierde con los aranceles de Trump, ganaría diez completando su integración económica. Una relación 1/10 que debería marcar la hoja de ruta comunitaria".
"En sectores como los servicios, el potencial es enorme. Sanidad, derecho, profesiones liberales o el ecosistema digital están aún sometidos a obstáculos nacionales que lastran la productividad. Solo la creación de un verdadero mercado digital europeo podría generar 415.000 millones de euros adicionales. Y lo mismo cabe decir del mercado de capitales, la contratación pública transfronteriza o la energía, donde una apuesta seria por la interconexión y la energía nuclear permitiría avanzar hacia una autonomía competitiva sin sacrificar el crecimiento", apuntan desde el think tank liberal.
El IJM recuerda que "la presidenta Ursula von der Leyen ha presentado en 2025 una "Brújula de Competitividad" con propuestas para reducir la carga regulatoria y liberar recursos empresariales por valor de 37.500 millones. Una señal prometedora, pero insuficiente si no se acompaña de una agenda reformista real".
En materia climática, el Instituto Juan de Mariana considera que "urge una pausa regulatoria. Las emisiones netas de la UE ya han bajado un 30% desde 1990, y seguir imponiendo objetivos asfixiantes puede arruinar industrias clave sin beneficios claros. Apostar por la eficiencia y la innovación, en lugar de castigos burocráticos, es la vía para conjugar sostenibilidad y prosperidad. La nuclear y el fin del castigo al automóvil son dos vectores de crecimiento fundamentales para el futuro".
En paralelo, el documento apunta que "Europa debe dejar de reaccionar a las decisiones ajenas y empezar a liderar. Frente al repliegue estadounidense y el modelo intervencionista chino, la UE tiene la oportunidad de convertirse en la gran defensora del libre comercio global. No con discursos vacíos, sino con reformas concretas que revitalicen el proyecto de integración. Como recordaban los padres fundadores de la Unión, la libertad económica no era un fin en sí mismo, sino el pilar sobre el que construir la paz, la cooperación y la prosperidad. Hoy más que nunca, esa visión sigue vigente. La mejor respuesta al proteccionismo arancelario no está en las sanciones, sino en el mercado único".