
La Vicepresidenta Primera del Gobierno y Ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha presentado como un éxito las cifras de déficit de 2024 porque ha cerrado en el 2,8% del PIB en su primera estimación, dos décimas por debajo del límite del 3% que marca el Pacto de Estabilidad y Crecimiento y que conformó, también, uno de los cinco requisitos de convergencia para poder ser miembro de la zona euro.
Por supuesto que es mejor tener menos déficit que más, pero, ¿realmente tiene la economía española un déficit menor? La realidad es que no, como muestra un análisis detallado de los datos.
Es verdad que el déficit sobre el PIB baja al 2,8% del PIB, pero no lo hace porque haya habido un esfuerzo reductor del gasto público, que, por el contrario, se extiende, sino porque se han dado una serie de circunstancias que enmascaran dicho incremento del gasto.
Así, el gasto, realmente se incrementa en 14.727 millones de euros, de 324.604 millones en 2023 a 339.331 millones en 2025.

Ese gasto llega a 344.921 si se computa el gasto de la riada de Valencia, que aunque como catástrofe natural puede excluirse del cómputo del saldo presupuestario, no deja de ser un mayor gasto que hay que financiar.

Con dicho gasto, el déficit sobre el PIB no se queda por debajo del 3%, sino que se eleva al 3,15%, ya que son 3,5 décimas de PIB.

Además, ese déficit público del 2,8% se consigue gracias al crecimiento del PIB nominal derivado de la inflación y, sobre todo, de la revisión extraordinaria del PIB de 2021, que infló en 35.000 millones el dato en una revisión de magnitudes poco usuales. Sin ello, el déficit público sin incluir los gastos de la riada de Valencia no sería del 2,8% del PIB, sino casi del 2,9% (2,86%).

Igualmente, el déficit incluyendo los gastos de la riada de Valencia no sería del 3,15%, sino del 3,22%.

Por último, todo ello sobre un crecimiento de los ingresos derivado de la inflación, donde empobrece a los ciudadanos con más impuestos que supone la no deflactación del IRPF, que crecen 1,8 veces lo que crece el gasto, de manera que cuando se acabe esa situación de recaudación extraordinaria, el gasto quedará, pero los ingresos serán menores y el déficit mayor. Así, si los ingresos hubiesen crecido lo mismo que los gastos, el déficit sería siete décimas mayor.

Por tanto, el déficit público de 2024 del 2,8% del PIB, esconde debajo un déficit mucho mayor:
- Es 3,5 décimas mayor por el gasto de la riada de Valencia: llega, así, al 3,15%.
- Es casi otras dos décimas mayor por la revisión del PIB de 2021 de 35.000 millones, elevándose, así, al 3,22%.
- Se eleva al menos otras casi ocho décimas, hasta el 3,9%.

Ésa es la realidad del déficit público, que esconde un déficit mayor del que refleja la coyuntura, que perjudica estructuralmente a la economía española.