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Homenaje sanchista a la central de Almaraz

Una central nuclear cada millón de habitantes. Todo lo demás es comunismo, barbarie y un atentado medioambiental.

Una central nuclear cada millón de habitantes. Todo lo demás es comunismo, barbarie y un atentado medioambiental.
Central Nuclear de Almaraz

El apagón que afectó ayer a toda España no podía haberse producido en un momento más oportuno, justo cuando Sánchez ha decidido cerrar una de las centrales nucleares que más contribuyen a estabilizar el suministro de electricidad. Pero es que la izquierda sigue con las mismas obsesiones ridículas de los últimos cincuenta años, que tienen en el eslogan "nucleares no, gracias" uno de ejemplos más idiotas. Por cierto, compartido por la derecha, que también se muestra en contra de la energía atómica para no desentonar.

Gracias a PP y PSOE tenemos un sistema eléctrico basado fundamentalmente en las energías renovables, lo que debilita su estabilidad por su dependencia de la situación atmosférica en cada momento. Sin generadores de electricidad de origen fósil o nuclear suficientes para compensar las oscilaciones de una oferta tan sectorizada, un apagón generalizado como el del pasado lunes es un evento que puede volver a producirse en el futuro.

Gracias a nuestros gobiernos, España es el país de los molinos de viento y las placas solares, porque los españoles somos más verdes que nadie y no queremos dejar una fea huella de carbono en el planeta. En realidad, estamos haciendo lo contrario, porque los gases de invernadero y la contaminación que produce la elaboración de una placa solar son muy superiores a los que va a reducir durante su vida útil, de manera que cuantas más instalaciones fotovoltaicas colocamos, más nos alejamos del fin que íbamos a alcanzar. En cuanto a los aerogeneradores, sus efectos devastadores en los parajes donde se instalan convierten su defensa por motivos medioambientales en una estafa que solo puede ser defendida por comisionistas sin escrúpulos y ecologistas bien untados.

Hemos vaciado el lavabo de las energías contaminantes y anteayer se nos fue el bebé por el desagüe. Pero si hoy mismo se hiciera un referéndum sobre el modelo energético que prefieren los españoles, las renovables ganarían por goleada y el asunto quedaría definitivamente zanjado. Mientras el mundo desarrollado explora los nuevos modelos de reactores para garantizarse energía limpia y barata y las potencias emergentes construyen centrales de carbón para alimentar su industria, España es una isla gobernada por personajes sin sentido de Estado, que solo buscan epatar al votante para llegar al poder o mantenerse en él.

Hoy mismo, el Partido Popular debería salir a la palestra anunciando un plan para la construcción de centrales nucleares de última generación y poner fin a nuestra dependencia de los molinillos y las placas solares que, además de ser fuertemente contaminantes, están acabando con la agricultura local, porque el cultivo de la subvención fotovoltaica tiene una rentabilidad contra la que es imposible competir.

El cierre de Almaraz es doblemente doloroso, pero el apagón debería ayudar a que se tome conciencia de la imbecilidad que supone el desmantelamiento de centrales que producen energía limpia y barata. La defensa de las renovables que hacen el sanchismo y sus socios es otra pista de que nos están tomando el pelo con este asunto, que no puede despacharse a base de consignas setenteras, sino mirando lo que ocurre a nuestro alrededor y actuando en consecuencia.

Una central nuclear cada millón de habitantes. Todo lo demás es comunismo, barbarie y un atentado medioambiental.

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