La presidenta de Redeia (Red Eléctrica), Beatriz Corredor, asegura que todo lo ha hecho bien pese al histórico apagón, que, por lo tanto, no dimite, y que "a día de hoy no volverá a ocurrir". Es llamativo porque ¿cómo sabe que no se volverá a repetir si, según ella, no ha fallado nada y no identifica las causas? Para colmo afirma que ha aprendido, que la coyuntura internacional y nacional ha demostrado que "prácticamente todo puede ocurrir", que las renovables operan de "forma estable" y que no hay "ningún problema de seguridad". Corredor, en este cúmulo de sinsentidos, ha añadido que el mix de generación con un brutal predominio de renovables es "seguro" -después del mayor apagón de la historia democrática de toda Europa- y que han "operado el sistema en condiciones de alta penetración renovable en los últimos años de forma habitual y el lunes no había ninguna circunstancia distinta a las habituales". Pues bien, al margen del interminable listado de expertos que desmienten las versiones calcadas -en lo que se refiere a las renovables- de Pedro Sánchez y Beatriz Corredor, la presidenta es desmentida de forma continua por el propio informe de auditoria de su compañía elaborado por Ernst & Young. Ese informe, plenamente actual porque es el del último ejercicio (2024), detalla un largo listado de riesgos en el sistema eléctrico que responden con exactitud a la situación de vulnerabilidad que ha albergado el apagón.
"Riesgos de transición". Así se llama uno de los apartados de ese informe de auditoría. Y allí se señala desde la "insuficiente información para la operación en tiempo real del sistema debido al aumento de instalaciones de generación renovable inferior a 1 MW (umbral actual de observación por el Operador del Sistema)"; hasta nada menos que las "desconexiones de generación por elevada penetración de renovables sin capacidades técnicas necesarias para el adecuado comportamiento ante perturbaciones"; el "aumento de limitaciones a la producción renovable e incidentes que puedan afectar a la seguridad del suministro en Canarias, asociados al notable incremento de la participación de renovables en el mix energético previsto para los próximos años"; o algo que la inmensa mayoría de expertos sostienen que ha pasado: "Pérdida de generación firme asociada al cierre de centrales de generación convencional".
Todo aparece en el informe de auditoria del último año de la empresa que preside con un sueldo cercano al medio millón de euros Beatriz Corredor.
Pero hay más "riesgos": "El impacto de estos riesgos estaría ligado a una mayor dificultad en la operación del sistema, un aumento de las limitaciones a la producción y restricciones técnicas y una posible afección al suministro, lo que a su vez implicaría un perjuicio a la reputación de la compañía", señala el informe. "Posible afección al suministro" o, dicho de otra manera, cortes de suministro. Apagón.
Todo ello sin contar con otro apartado de riesgos "físicos": "Disminución en la disponibilidad del recurso hídrico para generación hidroeléctrica. La materialización de este riesgo tendría un impacto en la operación del sistema eléctrico por la reducción de disponibilidad de generación, falta de potencia firme y por falta de recurso para bombeos (herramienta de flexibilidad)". Y, de nuevo, la hidroeléctrica es una fuente básica para dar estabilidad el sistema. En resumidas cuentas, que la versión de Corredor no supera ni el examen de su propia auditora.
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