Ha pasado más de una semana tras el apagón que dejó a toda la Península y parte del sur de Francia sin electricidad e interrumpió las telecomunicaciones, pero el Gobierno de España sigue sin dar explicaciones claras de lo sucedido. De hecho, la estrategia escogida por el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha sido señalar a los operadores privados y responsabilizar a la energía nuclear de un problema que, según la mayoría de analistas, fue consecuencia del exceso de generación renovable.
De esta forma, Pedro Sánchez y el resto de miembros del Gobierno tratan de eximir a su Gabinete de toda responsabilidad que pudiera tener e insisten en el manido discurso en favor de las renovables, las cuales, dicen, garantizan la independencia energética de nuestro país y son capaces de sostener todo el sistema eléctrico.
Manipulación de la realidad y señalamiento
Una de las tácticas clásicas de todo sistema político contrario a la democracia y la libertad es el señalamiento y la búsqueda de un chivo expiatorio que exonere al régimen de asumir sus responsabilidades y, además, justifique nuevas actuaciones, más radicales y contundentes, contra sus enemigos. Para ello, es fundamental manipular la realidad, hacer encajar los hechos en el discurso que se quiere oficializar e instrumentalizar el terror con el fin de que nadie se atreva a ponerlo en duda.
El único objetivo de este tipo de regímenes es conservar y ampliar su dominio, aprovechando incluso los contratiempos en su beneficio, para lo cual necesita purgar todos los elementos disruptivos existentes que pongan en peligro su continuidad en el poder.
En la literatura encontramos el más claro ejemplo con el doblepensar orwelliano, capaz de hacer creer a la ciudadanía una cosa y la contraria en un mismo día y de borrar todo tipo de prueba que pudiera demostrar la manipulación. Pero la historia también nos ha proporcionado muestras de ello: lo hicieron Robespierre y los jacobinos con su Comité de Salvación Pública para eliminar a los contrarrevolucionarios, también Lenin, con Dzerzhinski al frente de la Checa, y Stalin con las purgas dentro del propio PCUS.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la posterior Guerra Fría y la caída de la URSS a principios de los años 90 del siglo pasado, el autoritarismo ha dado un giro masivamente hacia el populismo, que sigue distorsionando la realidad pero de forma más sutil, una lacra antidemocrática y antiliberal que aún a día de hoy sigue asolando sobre todo a América Latina.
Extrañas similitudes
Así las cosas, resulta especialmente preocupante la deriva del Gobierno español, cuyos actos en muchos casos, de obra, palabra u omisión, están cargados de una extraña similitud con el funcionamiento de los regímenes populistas y revestidos a veces de un sorprendente simbolismo (recordemos su visita al mausoleo del asesino de masas Ho Chi Minh).
De esta forma, en las últimas horas el Ejecutivo ha puesto en marcha una consulta pública sin precedentes sobre la OPA de BBVA a Sabadell y ha elaborado un discurso en relación con el gran apagón del pasado 28 de abril que está salpicado de ciertos paralelismos con respecto a las declaraciones de distintos miembros del Gobierno bolivariano de Maduro en el año 2019, cuando el país sufrió una de las crisis energéticas más graves de los últimos años (de hecho, hasta el momento únicamente ha sida superada por el apagón producido en agosto de 2024).
En este contexto, el dictador venezolano acusó a Estados Unidos de ser el responsable de la situación que vivía el país. "Estamos ante la más grave agresión del imperialismo norteamericano contra nuestra patria Venezuela en toda la historia de 200 años de República. Hemos venido conteniendo y derrotando, día por día, semana por semana, todas las agresiones (...)", aseveró.
Del mismo modo, el ministro de Transportes Terrestres advirtió a los supuestos saboteadores de que su Gobierno los tenía identificados: "Que no se equivoquen los saboteadores externos. Estamos investigando situaciones y estamos, con nuestro organismo de seguridad, revisando actuaciones de personas que están perfectamente identificadas. (..) Sabemos que están acostumbrados a poner trabas en las puertas de los trenes para evitar que cierren e inducir fallas (...)".
Asimismo, en agosto de 2024 el país sufrió un nuevo apagón del que, una vez más, responsabilizaron a un supuesto ataque del "fascismo" y la "extrema derecha". Al respecto, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, también habló de un "ataque criminal" contra el sistema eléctrico venezolano y el ministro de Comunicaciones de Venezuela, Freddy Ñáñez, en una entrevista aseguró que "hoy se produjo en Venezuela un sabotaje eléctrico, que ha afectado a casi todo el territorio nacional".
#Urgente. A las 4:50 de la madrugada de hoy viernes 30 de agosto hemos sido víctimas, una vez más, de un sabotaje eléctrico que ha afectado varios estados del país incluyendo La Gran Caracas. En estos momentos el equipo del gabinete eléctrico trabaja para la restitución total del… pic.twitter.com/3jA4Bt2w1K
— LaIguanaTV (@Laiguanatv) August 30, 2024
Por su parte, el Ejecutivo sanchista ha salido en tromba durante la última semana a excusar sus propias políticas, reivindicar la necesidad de avanzar en la agenda ‘verde’ y alimentar de forma injustificada la hipótesis del ciberataque, desmentida desde el primer momento por Red Eléctrica. Hoy mismo, en la sesión del control al Gobierno, el Presidente ha señalado que no hay ninguna evidencia empírica que demuestre que el incidente se debió a un exceso de generación renovable y ha acusado de manipular a quienes se pronuncian en este sentido.
Con todo, este mismo lunes el ministro de Transportes, Óscar Puente, volvió a echar mano de la excusa del sabotaje para explicar lo sucedido en el AVE Madrid-Sevilla. Por tanto, podemos comprobar que, por desgracia, el Gobierno español cada vez se parece más a aquellos que, como el de Maduro, se dedican a manipular la realidad y a señalar a aquellos que supuestamente estarían haciendo todo lo posible por derrocarlos.