
Philipp Bagus es un economista alemán afincado en España. Profesor en la Universidad Rey Juan Carlos, es miembro de la Mont Pelerin Society y del Instituto Juan de Mariana, además de investigador del Instituto Mises. Su cercanía a Javier Milei le animó a publicar un libro sobre el presidente argentino que ha despachado más de 10.000 copias en Alemania. Ahora, a las puertas de la Feria del Libro, Bagus trae a España la versión en castellano de la obra, titulada "La Era Milei". Libre Mercado se ha entrevistado con él para hablar sobre el ensayo y la interesante figura del mandatario libertario argentino.
Si no estoy equivocado, hace apenas unos pocos días ha estado en Argentina con el presidente Milei.
Sí, he acompañado al profesor Jesús Huerta de Soto, que ha recibido varios premios y distinciones, entre ellos la Orden de Mayo de la República de Argentina, una condecoración que le fue entregada en la Casa Rosada. Durante el viaje tuve la ocasión de encontrarme varias veces con Javier Milei. Mi impresión es que uno de los nuestros, todo un libertario austriaco que tiene sus objetivos muy claro y comparte con nosotros nuestras ideas al 100%. Era impensable que Milei pudiese llegar tan lejos, pero lo ha conseguido.
En mi caso, conocí a Milei en un desayuno en Madrid, hace ya algunos años, gracias a otro destacado liberal, el político británico Daniel Hannan. También tuve el honor de ser el maestro de ceremonias de la Cena de la Libertad en que el presidente argentino fue reconocido con el Premio Juan de Mariana. Sin embargo, su relación con él es mucho más profunda.
Yo lo conocí gracias a un alumno, Ricardo Romero, que me propuso organizar una charla con él a través de internet, en plena pandemia… Aquello fue un éxito y, sabiendo que era seguidor del profesor Huerta de Soto, le pedí tiempo después que escribiese un capítulo en un libro en que muchos de sus discípulos, alumnos y seguidores le rendimos homenaje, cosa que hizo encantado. Ya en persona, nos conocimos en Madrid en el año 2022 y, desde entonces, hemos mantenido el trato. El pasado verano, por ejemplo, participé en la entrega del Premio Juan de Mariana y después viajé con él a Hamburgo para otro reconocimiento que le brindó el Instituto Hayek. Más recientemente, nos hemos encontrado en eventos celebrados en Roma, en Suiza, etc. Y, recientemente, hice ese viaje a Buenos Aires, donde también pudimos compartir distintos momentos.
Y es ese acceso, sumado a su vasto conocimiento de las ideas que han inspirado a Milei, lo que le convierte en una de las voces más autorizadas para hablar del fenómeno.
Claro, el origen del libro es explicar cómo es posible que alguien que yo mismo había conocido en los mismos círculos en los que yo me muevo ha llegado a ser presidente en un país como Argentina, donde el poder ha estado tantos años en manos del peronismo. Si lo pensamos, es casi un milagro que Milei sea presidente, por mucho que ya lo hayamos normalizado o interiorizado.
Lo interesante aquí es que Milei es un ferviente anarcocapitalista que no oculta sus ideas y, de hecho, trabaja de forma indisimulada por desmontar y reducir el poder del Estado que tanto detesta.
Indudablemente, Milei nunca ha escondido su mensaje, odia el Estado, considera que la política es algo parasitario, piensa que los impuestos son un robo… y, por tanto, su acción de gobierno se basa en intentar desmontar en todo lo posible el poder del Estado. Ha llegado a ser elegido con un gran respaldo electoral, que sigue manteniendo, y eso es esperanzador, porque él no ha tenido que suavizar su mensaje en nada, ha sido transparente desde el principio. "El Estado es el Anticristo, es la encarnación del mal", afirmó el otro día Huerta de Soto en la misma Casa Rosada, ante el aplauso de Milei y sus ministros. Todo lo que está pasando es casi surrealista, porque hubiese resultado impensable hace unos pocos años.
Este libro es, pues, un mensaje de esperanza.
Yo soy el primero que siempre tuve claras mis ideas pero siempre pensé que era difícil ganar la batalla cultural contra los "zurdos", pero Milei ha demostrado que sí se puede, pero que hay que hacerlo apelando a los valores y, de esa forma, desmontar una ideología como la socialista, que se basa en provocar la envidia, el odio, el resentimiento… En ese sentido, Milei ha dado una batalla en el capo ético, no ha hablado solamente de eficiencia, sino que ha ido también al fondo de las cuestiones, de la moral de una sociedad libre, y eso ha terminado convenciendo a los argentinos, que están cansados de tanto intervencionismo.
Ha hablado de "casta", de modo que ha sido atacado por quienes consideran que su política económica es correcta pero no así su retórica populista.
La teoría de la explotación marxista es equivocada, pero sí hay una teoría de explotación que es correcta, la austriaco-libertaria, y que sostiene que unos, a través del Estado, explotan a otros, los emprendedores libres y los trabajadores que se esfuerzan por salir adelante sin ayudas. En esa alianza están los políticos, los intelectuales cercanos al poder, empresarios de élites bien conectadas que se esfuerzan por conseguir favores de todo tipo que blinden su poder de las fuerzas de la competencia. Esa alianza existe y hay que romperla.
Ese es el verdadero conflicto, las dos verdaderas clases que existen, y no podemos permitir que se propicien enfrentamiento inventados por la izquierda y el "wokismo", porque el problema no es que haya ricos ni pobres, ni la lucha es de hombres contra mujeres, heterosexuales contra homosexuales, etc. No, la lucha es otra. Y esa casta política de la que habla Milei existe y debe ser combatida, pero no para reemplazarla por otra, como quería Podemos, que hablaba de casta porque lo que anhelaban era ser ellos quienes ocupaban un espacio de privilegio en la esfera pública. No, no hay que cambiar una casta por otra, sino quitarle a la casta todos sus privilegios, de una vez por todas, y que sea la gente libre la que lleve la voz cantante.
En clave económica, los resultados han sido espectaculares.
Su principal logro es, sin duda alguna, haber evitado una hiperinflación. Heredó una situación asfixiante, puesto que en 2023 la inflación no paraba de acelerarse, pasó del 8% en agosto al 25% en diciembre. Esa era la situación en su primer mes en el cargo. Además, el déficit fiscal era del 15% del PIB, sumando el agujero del Tesoro, del 5% del PIB, y del Banco Central, del 10% del PIB. La dinámica era inviable, era un camino directo a la hiperinflación.
El ajuste que ha hecho Milei es tremendo.
En apenas un mes había superávit presupuestario. De hecho, ha reducido el gasto real en un 30% y lo ha hecho sin tener que lidiar con ningún tipo de estallido social el las calles. Y eso ha sido así porque él mismo había luchado durante años por convencer a los argentinos de que esto es lo que había que hacer. Milei siempre explicó que la inflación es un fenómeno monetario que se estaba dando una y otra vez en su país por la insistencia de sus gobiernos en monetizar un gasto público deficitario. Por eso, siempre recalcó que era preciso cortar el gasto para acabar con esa monetización. Ojo, son conceptos económicos muy difíciles, pero la gente lo entendió, por eso no hubo ni revueltas sociales ni protestas, como sín duda habríamos visto en España o en Alemania si se adoptasen ajustes así.
No hubo levantamiento porque Milei dio la batalla cultural. "No hay plata", decía en sus discursos… y la gente aplaudía. Y, ya en el poder, ha insistido en que no piensa renunciar al superávit presupuestario. Además, desde mediados del pasado año, la emisión de moneda está totalmente congelada, hay emisión cero. Por eso ha caído la inflación, ha caído la prima de riesgo y el sector privado vuelve a tener acceso a financiación. La economía ha rebotado con fuerza y Argentina tiene perspectivas muy positivas económicamente hablando.
Su libro ya es uno de los más comprados en España en su categoría de ventas y fue todo un fenómeno editorial el pasado año en Alemania.
Si, se vendieron más de 10.000 copias y se convirtió en un documento clave para entender lo que estaba pasando en Argentina. Es importante recalcar que, sin saber muy bien por qué, algunos políticos alemanes empezaron a hablar de Milei sin tener la menor idea de lo que verdaderamente estaba sucediendo. Fue entonces cuando mi libro se convirtió en un superventas, porque la gente quería saber si, en efecto, lo de Milei estaba siendo un desastre, como decían los políticos. Y, gracias al éxito del libro, ahora mismo en Alemania no se habla de Argentina como un caso fallido, sino todo lo contrario.