
Este viernes termina el plazo para participar en la consulta pública abierta que puso en marcha el ministerio de Economía para que toda España se pronunciara sobre si la OPA del BBVA sobre el Sabadell tenía alguna incidencia negativa sobre el bien común. Literalmente el Gobierno preguntaba a los ciudadanos si consideraban "que existen criterios de interés general distintos de la defensa de la competencia que pueden verse afectados por la operación BBVA/Banco Sabadell".
Pues bien, recordemos que en esta consulta pública, como hemos publicado en Libertad Digital y en otros medios, pudo votar aparentemente cualquiera, también personajes como Milton Friedman o Spiderman, ya que no parecía existir ningún tipo de filtro para evitar esta conducta, o la de votar varias veces. Sin embargo, el Ministerio aseguraba que el proceso es extremadamente "garantista" y que está muy rodeado porque se utiliza para escuchar a las partes interesadas antes de abordar algunos procesos de tipo normativo.
Sea como fuere, un año después de que se presentara la OPA hostil por parte de BBVA sobre el Banco Sabadell, se ha pronunciado la CNMC, con un exhaustivo informe en dos fases, se ha pronunciado el "voto popular" y se han pronunciado las patronales, en general, en contra de la operación por el temor a que se reduzca la concesión de crédito a las empresas, sobre todo, en Cataluña.
También está en contra el separatismo catalán y el gobierno de Illa, y parece que también está en contra el Gobierno de España, aunque quizá esto sólo los días pares. Sin embargo, a quien todavía no se ha preguntado nada ha sido a los propios accionistas.
De momento, Carlos Cuerpo tiene hasta el 27 de mayo para elevar el expediente al Consejo de Ministros. Este órgano deberá pronunciarse en el plazo de un mes y podrá, si lo considera necesario, imponer condiciones adicionales a las que ya dictaminó la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que dio su visto bueno inicial a la operación.
Si el BBVA logra atraer al menos al 50% de los accionistas del Sabadell, podría plantear la fusión. Y ahí, sí, "el Gobierno podría ejercer su derecho a veto". Queda por ver si la presión política, junto a la respuesta de los accionistas, inclina finalmente la balanza hacia la integración o hacia el rechazo. Los especialistas, hasta la fecha, lo que señalan es que después de la evolución del precio de las dos compañías, consideran que el BBVA tendrá que mejorar la oferta en efectivo que ha hecho en la operación para tener éxito.
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