
Suecia es un ejemplo claro de que tener muchos multimillonarios es bueno para un país, no malo. Ruchir Sharma escribe en el Financial Times (19 de mayo) sobre el país escandinavo, afirmando que el número de multimillonarios ha aumentado y que la proporción de multimillonarios es muy alta en comparación con otros países. El reconocido financiero y escritor ve esto como un problema que podría conducir a una revuelta anticapitalista.
Sin embargo, es preciso corregir los datos del artículo. Ruchir Sharma escribe que Suecia tiene 45 multimillonarios (en dólares) según la lista Forbes. Para el debate político, es relevante que hay 32 multimillonarios en dólares en Suecia, 13 de los cuales viven fuera del país, como también muestra la lista Forbes. Eso sí: Suecia tiene una proporción de multimillonarios (en dólares) más alta que Estados Unidos.
Cuando Sharma apunta que el aumento del número de personas ricas es un problema, hay que matizar que los elevados impuestos confiscatorios sobre el capital y las amenazas de socialización practicadas a lo largo de décadas por sucesivos gobiernos socialdemócratas hicieron que muchos empresarios de éxito abandonaran Suecia. Por descontado, se llevaron consigo sus empresas, su dinero y sus ideas, y Suecia perdió crecimiento, empleo y prosperidad.
Para invertir esta tendencia negativa, el Parlamento sueco abolió por unanimidad los Impuestos sobre Sucesiones y Donaciones, allá por 2004. Unos años más tarde, se abolió el Impuesto sobre el Patrimonio. Los políticos esperaban que esto facilitara la transferencia de la propiedad de las empresas familiares y animara a los empresarios de éxito a regresar al país. Esto sí ocurrió, pero el cambio realmente importante, que no fue tan evidente en ese momento, fue el hecho de que los empresarios de éxito empezaron a optar por quedarse en el país, desarrollar sus empresas, crearan nuevos proyecto e invertir su experiencia y su capital en Suecia, en vez de optar por el exilio fiscal y económico. Esa fue la mayor consecuencia positiva de las reformas fiscales.
Suecia, modelo a seguir
Hoy en día, el mercado financiero sueco se destaca como modelo a seguir en informes encargados por la Comisión Europea y la OCDE. La Comisión Europea quiere lograr un mercado de capitales más amplio que pueda contribuir a la inversión en empresas más exitosas. El mercado sueco de capital riesgo ha florecido, con varios actores que operan a nivel mundial.
El año pasado, el propio Financial Times escribió sobre "Cómo el mercado de valores sueco se convirtió en la envidia de Europa". Durante la última década, 501 empresas han salido a bolsa en Suecia, más que el número total de OPI en Francia, Alemania, los Países Bajos y España juntos. Según el Banco Europeo de Inversiones (BEI), Estocolmo ocupa el segundo lugar, solo por detrás de Silicon Valley, en términos de "empresas-unicornio per cápita".
En Suecia, esto es una historia de éxito, no algo que dé lugar a una revuelta anticapitalista. El hecho es que los suecos no parecen estar de acuerdo con Sharma. En un artículo para la revista británica Economic Affairs escribimos sobre la opinión de los suecos sobre la economía de mercado y los ricos. El artículo presenta los resultados de dos encuestas realizadas por Ipsos MORI en Suecia. La primera encuesta se centró en la percepción de los ricos, mientras que la segunda exploró las actitudes hacia la economía de mercado y el capitalismo.
Los suecos, de los más pro-mercado de Europa
Las actitudes hacia los ricos son mucho más positivas en Suecia que en España, Francia, Alemania o Italia. De igual manera, las actitudes hacia la economía de mercado también son más positivas en Suecia que en todos los demás países europeos, salvo Polonia. Solamente el 32% de los suecos cree que los ricos deberían pagar impuestos no solamente altos, sino de hecho muy altos; incluso entre las personas con bajos ingresos en Suecia, con ingresos anuales inferiores a 300 000 coronas, un 47% afirma que los impuestos a los ricos no deberían ser demasiado altos, mientras que apenas un 37% de las personas con bajos ingresos en Suecia está a favor de aplicar impuestos muy altos a los ricos. Nuestras conclusiones sobre Suecia se ven confirmadas por un reciente estudio global realizado por el Pew Research Center. Según el mismo, Suecia y Polonia son los dos países con menor proporción de residentes que consideran la desigualdad un problema.
En nuestro artículo también intentamos explicar estos resultados. Suecia era uno de los países más pobres de Europa cuando, el 18 de junio de 1864, introdujo la libertad de comercio. Entre 1870 y 1970, Suecia experimentó un fuerte crecimiento económico medido en términos de PIB per cápita, especialmente elevado en comparación con otros países hasta 1950. Tras la Segunda Guerra Mundial, los largos periodos de gobierno del Partido Socialdemócrata, durante los cuales los socialdemócratas se radicalizaron gradualmente, dieron lugar a políticas marcadamente contrarias a la empresa que alcanzaron su punto álgido en la década de 1970.
El experimento socialdemócrata ya es pasado
Durante este periodo, muchos consideraban a Suecia un escaparate del "socialismo democrático", algo así como el paraíso de la socialdemocracia. Sin embargo, como se ha mencionado anteriormente, tal periodo también fue testigo de la huida de numerosos empresarios de éxito, entre los que destaca el fundador de IKEA, Ingvar Kamprad, que abandonó Suecia ante la amenaza de los altos impuestos y los fondos para los asalariados. El experimento socialdemócrata ha quedado atrás y, hoy en día, los propios dirigentes de dicho partido suecos rechazan cualquier idea de recuperar los impuestos sobre la herencia o la riqueza.
Es posible que los suecos se hayan "vacunado" contra la idea tóxica de aplicar impuestos excesivamente altos y adoptar otro tipo de políticas socialistas que avanzan por el mismo camino. De hecho, cuando Sharma se refiere a la herencia como "riqueza mala", pasa por alto el modelo de propiedad sueco, que ha establecido un vínculo claro entre los propietarios y las empresas.
Este modelo también puede ofrecer una visión más positiva de los empresarios activos y de su necesidad de capital para poder controlar sus empresas. Las reformas que aumentaron los incentivos para el ahorro privado en el mercado de valores a través de cuentas de ahorro individuales y los planes de pensiones de capitalización probablemente también han contribuido a una mayor apreciación del valor de una economía de mercado que funciona bien.
Sharma tiene razón al afirmar que Suecia tiene más multimillonarios, pero esto debe ser considerado un éxito y, de hecho, ya se empieza a ver como tal, tanto en Suecia como a nivel internacional.