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Para qué sirve una vivienda vacía

Cualquier explicación que busquemos queda muy lejos del retrato del especulador agresivo que Rodríguez nos vende. Porque ese retrato no tiene sentido.

Cualquier explicación que busquemos queda muy lejos del retrato del especulador agresivo que Rodríguez nos vende. Porque ese retrato no tiene sentido.
La ministra de Vivienda Isabel Rodríguez. | Europa Press

Una de las características de la izquierda española que más me ha llamado siempre la atención es su capacidad para afirmar algo y su contrario en el mismo párrafo (a veces, incluso, en la misma oración). Y no me refiero sólo a lo que son mentiras con una finalidad evidente (por ejemplo, relacionadas con los múltiples casos de corrupción que cercan a Pedro Sánchez), sino a posturas ideológicas que son contradictorias con otros postulados que el mismo interlocutor ha defendido unos segundos antes.

Esta semana lo hemos vuelto a ver con las iniciativas del Gobierno para subir los impuestos a las viviendas vacías. Que ya sabemos que esconden una trampa: porque nos hablan de "viviendas vacías" como si fueran a pagar sólo aquellos propietarios que tienen un inmueble sin ocupar durante años; y ahora sabemos que en realidad cualquiera que tenga dos casas está en peligro; sí, también la casa del pueblo o el apartamento en la playa estarán en el punto de mira de Hacienda (ya lo están y te cobran en el IRPF por imputación de renta, pero irá a más).

En cualquier caso, vamos a suponer que creemos al Gobierno y asumimos que el objetivo final es sólo lo que el ciudadano medio entiende por "vivienda vacía": una casa que su propietario no saca al mercado durante años y permanece desocupada cuando hay cientos de miles de personas que no pueden acceder a un inmueble por falta de oferta y por los altos precios.

Comenzaba hablando de una contradicción evidente porque, cada vez que escucho a la ministra del ramo, Isabel Rodríguez, explicar esta realidad nos dice que:

  • Hay cientos de miles de viviendas vacías que podrían salir al mercado y bajar los precios si sus propietarios no fueran tan mezquinos y despreocupados respecto de la suerte de sus vecinos
  • Los precios están disparados, en máximos históricos en muchas ciudades y en una relación precio-sueldos como no se ha visto desde la burbuja del ladrillo de 2006-07
  • La razón principal es que hay innumerables especuladores que quieren forrarse con sus propiedades a costa del resto de los ciudadanos. Los más peligrosos entre estos propietarios avariciosos son los llamados fondos buitre

Si uno se cree cada uno de los tres puntos anteriores, la pregunta aparece casi de forma espontánea: y entonces, ¿para qué quieren sus viviendas vacías?

Es decir, si nos creemos que: (1) Su única obsesión es el dinero, quieren ganar más y sacar todo el rédito posible a sus viviendas; y (2) el precio está en máximos históricos. ¿Por qué no las sacan al mercado? ¿Por qué no se forran? Si ya han logrado lo que querían, poder sangrarnos a los demás con un alquiler disparatado.

Todos de acuerdo

Pues la ministra quiere que creamos que no es suficiente; que se han puesto todos de acuerdo (porque no es suficiente con que haya un avaro, tienen que ser cientos de miles de especuladores sin escrúpulos los que jueguen con los pobres inquilinos del país); y que en algún momento del futuro, nunca nos explican cuál, alquilarán sus viviendas a precios todavía más elevados que los actuales.

Aquí uno se pregunta si la ministra ha hecho las cuentas. Porque tener una casa vacía es caro y no especialmente eficiente. Y no hablo sólo de tenerla varios años, como el Gobierno quiere que creamos que están esas casas desocupadas, sino de unos pocos meses. Como sabe cualquier propietario, es mejor alquilar un pelín más barata que estar 3-4 meses esperando al inquilino perfecto (o a que suban los precios): es verdad que en el segundo caso sacas un poco más en el mes a mes; a cambio, has perdido unas cuantas mensualidades que te costará mucho tiempo recuperar con ese extra.

Si esto es así para el propietario común, no les digo ya para los fondos buitre: si hay algo que estas empresas no desean es tener casas vacías, capital inmovilizado y no productivo. A mí lo de "buitre" no me gusta mucho, pero si en algo podemos aplicarles el calificativo es por su obsesión por enlazar un inquilino tras otro: ¿viviendas vacías de fondos de inversión? En realidad lo que caracteriza a estos operadores es que, como te descuides, mientras el inquilino saliente está cogiendo el ascensor con las maletas... el nuevo ya está tomando medidas para colocar sus muebles en el salón.

La realidad es que no existen en España millones de viviendas vacías. O, más bien, que sí existen pero están donde nadie quiere vivir: pueblos de la España interior en los que no hay demanda para todos esos inmuebles inutilizados. En las ciudades y barrios con los precios disparados (que son los que en teoría preocupan al Gobierno) no hay, en la práctica, viviendas sin uso. Y las que hay tienen un buen motivo para estar en esa situación: herencias o divorcios disputados; otro tipo de problemas legales; necesidad de carísimas reformas; propietario que va a estar fuera sólo unos meses y siente que no le merece la pena alquilar la casa; familia que compró un piso para los hijos y está esperando a que se casen o terminen la carrera; etc...

Ni siquiera creo que lo que más se podría imputar al Gobierno (que hay algunos propietarios a los que dan miedo las leyes protege okupas o inquiokupas) esté retirando demasiada oferta del mercado. Si acaso, la encarece algo más y obliga al dueño del piso a contratar a esas empresas de aseguramiento de rentas que están haciendo su agosto en este contexto. Pero incluso los más miedosos están superando sus temores: la oportunidad es demasiado buena como para desaprovecharla. O están poniendo la casa en venta, que también por ahí se intuyen muy buenas opciones.

La realidad es que cualquier explicación que busquemos queda muy lejos del retrato del especulador agresivo que Rodríguez quiere vendernos. Porque ese retrato no tiene sentido junto al resto de su discurso. Los propietarios de vivienda que tienen como principal objetivo sacarle el máximo rendimiento a su inmueble (y es un objetivo muy legítimo) están deseando aprovechar la mejor coyuntura de mercado que podamos recordar. Es lo lógico. Todos lo sabemos. El único problema con esta obviedad es que nos remite a la pregunta de por qué esa coyuntura es tan especial. Y ahí todos miraríamos a Rodríguez y a sus leyes: quizás sea eso lo que no quieren que tengamos en la cabeza.

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