
El reglamento antideforestación (EUDR) se le atraganta a la Unión Europea. La norma que pretende prohibir la importación de productos que hayan provocado tala de árboles en sus países de origen no entró en vigor cuando estaba previsto y ahora tampoco parece que vaya a aplicarse con ese riguroso espíritu inicial. En plena guerra arancelaria con EEUU, la propuesta de la UE supondría un encarecimiento de productos como el chocolate, el café, la soja o la carne de vacuno.
Por el momento no hay nada sobre la mesa, pero el comisario europeo de Agricultura, Christophe Hansen, ya ha lanzado el globo sonda durante la inauguración de una exposición sobre bioeconomía organizada por Finlandia. En declaraciones a Euroactiv, ha defendido la posibilidad de que los países que no presentan "ningún riesgo" de deforestación deben quedar exentos de las cargas adicionales que supone esta norma.
Estamos hablando una imposición burocrática prácticamente imposible de cumplir para los profesionales del campo y que consiste en complejos (y caros) procedimientos de verificación para demostrar que los productos que viajan a la UE no han provocado la devastación de los bosques. Este es precisamente el motivo por que la norma, que debía haber entrado en vigor en 2025, se acabó retrasando un año más.
La prórroga puede que no sea suficiente y ahora Hansen señala que la legislación debe seguir siendo "aplicable" sin imponer "cargas administrativas adicionales" a los países de la Unión Europea que ya cuentan con leyes antideforestación eficaces. "Es muy importante tener esto en cuenta, para no tener un coste donde no hay riesgo", argumentó el comisario en declaraciones a Euroactiv.
Entre las razones de Hansen para replantear la normativa pesan mucho las quejas lideradas principalmente por Brasil y Argentina, donde sus productores cuestionaron qué legitimidad Bruselas podía autoproclamarse la "policía ambiental y productiva del mundo".
Sin embargo, hay que tener en cuenta que cualquier modificación importante que afecte al reglamento EUDR recae en manos de la Comisaria europea de Medio Ambiente, Jessika Roswall, que no parece tener la misma ambición que Von der Leyen por recudir la burocracia a costa de rebajar de las ecoexigencias.
Lista de "países sin riesgo"
Un grupo de Estados miembros, liderado por Austria y Luxemburgo y respaldado por al menos otros nueve países, están presionando para flexibilizar el reglamento. Entre sus propuestas destaca la creación del título oficial de "país sin riesgo" de deforestación, lo que permita a esos países quedar exentos de la mayoría de las obligaciones del EUDR.
Finlandia, uno de los países más forestales de la UE y donde agricultura y silvicultura están estrechamente entrelazadas, se cuenta entre los firmantes. Su ministra de Agricultura, Sari Essayah, advirtió de que la lucha contra la deforestación no puede suponer una "carga excesiva" para quienes ya cumplen. "Intentamos enviar un mensaje claro a la Comisión", declaró.