El tiempo pasa y se olvidan determinados acontecimientos de nuestra historia reciente. Quizá uno de los que pocos quieren recordar ahora son aquellas arengas, aplausos interminables al líder y parabienes que se dedicó el Gobierno de Pedro Sánchez cuando regresó de negociar en Bruselas los famosos fondos Next Generation, tras conseguir que Bruselas nos diera 140.000 millones de euros en total, de los cuales la mitad serían a fondo perdido y la otra mitad en créditos blandos.
Es difícil de olvidar aquella imagen de Pedro Sánchez llegando al Palacio de la Moncloa donde le recibían su vicepresidente Pablo Iglesias y el resto de ministros con un aplauso interminable, que quería representar el agradecimiento eterno al líder que había conseguido arrancar el compromiso de Bruselas de financiar nuestro necesario crecimiento tras haber sido la economía que peor encajó el impacto del Covid-19.
Ahora, cinco años después de aquello, de los 140.000 millones, a cierre de 2024 sólo hemos recibido 31.800 millones, de los que más de la mitad han ido a pagar gasto corriente, e inversión pública. En concreto casi 8000 millones de euros en gasto corriente. Sin embargo, nuestro incumplimiento ha hecho que se paralice la llegada de más dinero.
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