Desde un taller de motos perdido en Murcia hasta cotizar en bolsa con ambición internacional. Así podría resumirse la trayectoria de NZI, la empresa familiar fundada por Nazario Ibáñez Azorín en 1983, que hoy aspira a convertirse en la marca líder mundial en cascos de moto personalizados. Entrevistamos a, Nazario Ibáñez, actual consejero delegado, que nos explica que todo empezó por pasión más que por dinero: "En aquella época, los cascos ni siquiera eran obligatorios en España. Mi padre se endeudó para fabricarlos simplemente porque no encontraba ninguno que cumpliese sus expectativas".
Aquella decisión arriesgada se convirtió en una ventaja cuando en 1992 se impuso la obligación de llevar casco y NZI llegó a superar el 60% de cuota de mercado nacional. Cuatro décadas después, su sello "Made in Spain"sigue siendo parte esencial del relato de marca. "Fabricar aquí nos ha permitido diferenciarnos por la calidad y mantener el ADN murciano", reivindica Ibáñez, orgulloso de un producto que hoy se vende en más de 60 países bajo normativas de máxima exigencia, como la ECE 22.06.
La historia de NZI, el fabricante murciano
La empresa ha construido su reputación combinando tradición e innovación. Desde la personalización 3D con inteligencia artificial hasta el patrocinio de pilotos que han sido campeones del mundo, como Álex Crivillé o Jorge Lorenzo, la visibilidad ha sido una herramienta clave. "Un casco es una valla publicitaria móvil. Cada motorista que lo lleva nos ayuda a consolidar la marca", recuerda Ibáñez.
El salto internacional no ha estado exento de dificultades. NZI atravesó momentos críticos, como la crisis de 2008, que desplomó las matriculaciones de motos en España. "Fue un error pensar que podíamos sostenernos solo con el segmento premium. Tardamos en reaccionar", reconoce el CEO. Desde entonces, la compañía ha diversificado su gama de productos con dos marcas (NZI y Fibra) para competir tanto en mercados maduros como emergentes.
NZI y su apuesta por el "Made in Spain"
La entrada en bolsa, aprobada en 2024, forma parte de un plan ambicioso: multiplicar por cinco su facturación en los próximos años gracias al auge de la movilidad urbana y a la implantación de normativas de seguridad en países emergentes. "Salimos al mercado bursátil porque había que aprovechar la oportunidad histórica que supone esta nueva ola de movilidad. Pero seguimos siendo una empresa familiar: controlamos más del 50% del capital y un 30% está en manos de gente de máxima confianza", destaca Ibáñez, que defiende que esta fórmula garantiza la independencia y la coherencia estratégica.
En plena expansión internacional, el responsable de NZI subraya el valor que la Marca España tiene fuera de nuestras fronteras. "En muchos mercados, decir que un casco es español es sinónimo de fiabilidad y buen diseño. Pero además queríamos construir una identidad propia, donde la innovación y la producción local vayan de la mano", apunta.
El futuro de la compañía pasa por la personalización masiva, la digitalización de procesos y una decidida apuesta por la seguridad. Desde su sede en Yecla, NZI trabaja para que su tecnología de personalización 3D y la inteligencia artificial acerquen los cascos certificados a un público cada vez más diverso. "La movilidad urbana será distinta y nosotros queremos liderar ese cambio", concluye Ibáñez.
Si tuviera que resumir la visión de la empresa en una sola frase, sería clara: "NZI quiere ser la marca global de referencia en cascos personalizados y certificados, llevando la innovación desde el corazón de España a todo el mundo."