
El estado de las carreteras en España cada vez es peor, lo cual impacto directamente sobre el bolsillo de los españoles y pone en riesgo su seguridad. En concreto, el 52% de la red presenta deterioros de gravedad y un total de 34.000 kilómetros (el 32%) necesita reconstrucción urgente. Así se desprende del último estudio publicado por la Asociación Española de la Carretera (AEC) sobre el estado de conservación de las infraestructuras viarias de España.
Como decíamos, este deterioro de las vías supone un incremento de los costes para los ciudadanos, puesto que, según afirma AEC, circular por una carretera en mal estado incrementa hasta un 12% el consumo de combustible. De este modo, "el sobrecoste de los desplazamientos veraniegos derivado del mal estado viario superará los 270 millones de euros entre julio y agosto"
Impacto económico
La Asociación Española de la Carretera (AEC) denuncia que en la última edición del informe que elabora periódicamente sobre el estado de conservación de carreteras española "ha identificado deterioros graves y muy graves en más de la mitad de las carreteras gestionadas por el Estado, las Comunidades Autónomas y las Diputaciones Forales, elevando a 13.491 millones de euros el coste de su reparación". En este sentido, el estudio detalla que el 52% de la red presenta deterioros de gravedad y un total de 34.000 kilómetros (el 32%) necesita reconstrucción urgente
Por lo tanto, AEC afirma que en los próximos cuatro años sería necesario intervenir en más de la mitad de las carreteras de España (54.373 kilómetros de un total de 101.700) que, destacan, tienen un asfalto que se encuentra en su peor situación desde principios de los años 90, época en la que se desarrolló el último Plan General de Carreteras.

De esta forma, la asociación explica que las necesidades de inversión que acumulan las carreteras gestionadas por la Administración Genera del Estado alcanza los 4.721 millones de euros, mientras que las que administran los gobiernos autonómicos y forales alcanzan los 8.770 millones de euros (sumando un total de 75.300 kilómetros).
Asimismo, "a los 9.453 millones que en 2022 se estimaban necesarios para abordar las carencias del pavimento en las mallas gestionadas por las administraciones central, autonómica y foral, se suman ahora otros 4.038 millones". A este respecto, el informe demuestra que el 20% de este incremento se corresponde con la subida del IPC de los últimos tres años, mientras que el otro 23% se debe al propio deterioro de la infraestructura.

Consecuencias del deterioro
Así las cosas, es evidente que el deterioro de las carreteras españolas afecta directamente a los ciudadanos de diferentes maneras. Entre estos efectos, la AEC destaca que "la mala conservación de la red afecta también al ya maltrecho bolsillo de los conductores". En concreto, de acuerdo con el estudio, "circular por una carretera en mal estado incrementa hasta un 12% el consumo de combustible".
De hecho, al respecto apuntan que, si consideramos los más de 100 millones de desplazamientos de largo recorrido que calcula la DGT, en los meses de julio y agosto "el deterioro de las carreteras se traducirá en un sobregasto superior a los 270 millones de euros en combustible".
Al mismo tiempo, la asociación señalan otros efectos que también implica la existencia de una cantidad tan importante de carreteras deterioradas. "Un pavimento deteriorado obliga a reducir la velocidad de circulación una media del 10%, lo que, en el caso de los camiones, supone un 12,5% más de tiempo para realizar el mismo recorrido, un 25% más en el caso de los autobuses y un 20% más los vehículos ligeros", señalan.
Del mismo modo, destacan que "considerando que los precios del transporte de mercancías se establecen en función del tiempo, se puede concluir que el incremento de los costes asociado al aumento de los tiempos de viaje terminará repercutiendo en los precios del producto final (un 10% más, según cálculos de la AEC)".

Diferencias por territorios
Naturalmente, el estado de las carreteras españolas difiere entre las regiones del país. De esta forma, hay comunidades, como Aragón, en las que el deterioro es mucho mayor, mientras que en regiones como Madrid o La Rioja la extensión de las vías que necesita ser reparada es más reducida. De este modo, "las carreteras de aragonesas, castellano-manchegas y gallegas encabezan el ‘ranking de la mala conservación’".
En concreto, de acuerdo con AEC, "el 68% de la red viaria aragonesa presenta deterioros graves en sus firmes, un 16% más que la media nacional". Además, "en Castilla-La Mancha y en Galicia, el porcentaje de red en estado grave alcanza el 59%".