
El informe de la semana es el que el IVIE (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas) y la Fundación BBVA han realizado sobre la situación de los jóvenes en nuestro país: "Presente y futuro de la juventud en España. Una perspectiva socioeconómica".
El trabajo tiene un poco de todo (demografía, educación, mercado laboral...) pero lo que se ha llevado los titulares es la parte de las pensiones.
- El País: "Los jóvenes deberán retrasar su jubilación hasta los 71 años para cobrar una pensión digna"
- El Mundo: "Los jóvenes tendrán que jubilarse a los 71 para mantener el nivel de vida: el empleo tardío y la reforma de Escrivá recortan su pensión"
- Libre Mercado: "La trampa del Gobierno a los futuros jubilados: así 'mermará su bienestar"
Y podríamos seguir. Todos apuntan en la misma dirección. Para jubilarse con unas pensiones similares a las de sus mayores, los actuales veinteañeros-treintañeros tendrá que retrasar la edad de retiro más allá de los 70.
Esto no sale de ninguna cuenta extraña ni de alguna previsión cogida con pinzas. En realidad, lo que hacen los autores es una doble pregunta. Primero, con la legislación actual, qué tendría que hacer un joven con una carrera de cotización inestable (muy habitual en nuestro país) y lagunas en sus períodos como activo. Respuesta, los 71 años de los titulares: es decir, alguien con 30 años cotizados que quiera mantener una tasa de reemplazo (pensión/salario) cercana al 90%, tendría que trabajar más allá de los 70.
En la segunda pregunta, el objetivo es analizar cuáles son las condiciones de acceso a la jubilación actualmente (las famosas reglas paramétricas); y cómo podrían afectar a los trabajadores algunas posibles reformas acerca de las que se ha discutido en los últimos años y que van en la línea de las aprobadas desde 2011.
La actual normativa contempla la posibilidad de aprobar reformas adicionales con el objetivo de eliminar un posible exceso de gasto en pensiones. Si se introdujeran tres reformas que ya están presentes en el debate público, los cambios en las pensiones de 2065 sí que afectarían de forma más pronunciada a la tasa de reemplazo. Estas tres medidas analizadas en la estimación son:
- Elevar el periodo de cómputo de la base reguladora hasta los últimos 35 años, perjudicando a los que entran tarde en el mercado laboral o que lo hacen con salarios bajos al principio de su carrera laboral;
- Aumentar hasta 40 años cotizados para alcanzar el 100% de la base reguladora, en lugar de los 37 que habrá en 2027;
- Vincular la cuantía de la pensión inicial a la esperanza de vida, mediante un factor de sostenibilidad (FS) que se empezara a aplicar a partir de 2044.
La aplicación de estas tres posibles reformas provocará una reducción de la tasa de reemplazo que se situaría entre los 10 y los 20 puntos porcentuales sobre la actual, en función de los años cotizados".
La protesta de Sordo
Por supuesto, estas conclusiones levantaron muchas ampollas. Aunque en realidad no son una gran novedad. El estudio está muy bien porque pone cifras a esa idea genérica de "tendrás que trabajar y cotizar más, para recibir menos (o, como mucho, lo mismo)". Pero esto último, que es la conclusión principal, ya lo sabíamos.
Pero, como decimos, que sea algo evidente no evitó las críticas. Unai Sordo, secretario general de CCOO, publicaba el siguiente tuit como respuesta:
Todos los informes sobre pensiones que ha elaborado el sector financiero vienen a ser el mismo informe, desde los años 90.
La mayor diferencia que tienen entre ellos es la velocidad temporal en la que quedan desautorizados por la realidad.
— Unai Sordo (@UnaiSordo) July 3, 2025
Cada vez son superados en menos tiempo. https://t.co/KPiOa177jl
Jon González, uno de nuestros tuiteros favoritos, le respondía con un listado de las reformas de los últimos años:
Desde los años 90:
— Jon González (@Jongonzlz) July 3, 2025
🔸 La edad mínima de jubilación ha pasado de 65 a 67 años
🔸El periodo mínimo de cotización para tener pensión contributiva ha pasado de 8 a 15
🔸El periodo de cálculo para la pensión ha pasado de los últimos 8 años laborales, a 15 en 1997, a 25 en 2011 y a 29… https://t.co/QaNdmLnxtH
A mí me interesó especialmente esta discusión porque sitúa nuestra atención en el aspecto que más polémica ha generado en esto de las pensiones: esa quiebra de la Seguridad Social que muchos hemos denunciado. Y que los defensores del sistema dicen que nunca llega (y que somos unos agoreros y unos cenizos y unos vendidos al sistema financiero).
Hay dos maneras de ver esta realidad.
- Mi manera es que no hay un sistema de la Seguridad Social. Las pensiones son una prestación del Estado, igual que las ayudas a la vivienda. Ni generamos derechos al cotizar ni nada nos asegura que cobremos. Por eso, la Seguridad Social ni quiebra ni deja de quebrar, simplemente paga las prestaciones que puede cada año con lo que recauda el Estado por todo tipo de impuestos. Lo otro (las reglas paramétricas sobre años de cotización, cálculo de la base, edad de jubilación y demás) es ruido para ofrecer más legitimidad al sistema: esa idea de que la pensión es el premio por una vida de duro trabajo y no una subvención más.
- La manera de Sordo es que la pensión es "salario diferido" y que estamos ante un sistema "contributivo" en el que lo que recibes depende de lo que aportas. Una especie de seguro de ingresos que el Estado contrata con cada trabajador; algo parecido a lo que las compañías privadas ofrecen como rentas vitalicias. Pues bien, si defiendes esto, entonces claro que la Seguridad Social ya ha quebrado y seguirá haciéndolo en los próximos 30 años.
Porque quebrar no significa que desaparezca el organismo. Ni que deje de pagar una prestación.
Volvamos al ejemplo del seguro privado. Y lo hacemos porque, repetimos, es lo que nos dicen que es la pensión pública, una especie de seguro (salario diferido) que nos devuelve en función de lo aportado. Si yo contrato con una compañía un seguro de rentas y cuando voy a cobrarlo me cambian las condiciones para pagarme 90 en vez de 100... les llevaría a juicio. Puede que la compañía no desapareciera. Y por supuesto, algo me pagaría (bastante). No conozco ningún caso similar (salvo una estafa a lo Maddoff en la gestión de los fondos) en los que el colapso de una compañía privada haya dejado sin nada a sus partícipes o clientes. De hecho, lo que ha ocurrido en situaciones similares es más cercano al ejemplo que ponemos: alguien prometió devolver el principal con una rentabilidad y en el momento de hacerlo, te aplica una pequeña quita porque no puede sostener la totalidad de sus promesas.
Es decir... exactamente lo que lleva haciendo la Seguridad Social desde hace dos décadas. Y no por maldad o incompetencia del Gobierno de turno, sino porque no hay dinero para más en la caja. Cada una de esas reformas (pasadas) que González le recordaba a Sordo o que los autores de IVIE incluían como supuestos en el estudio (futuras) tienen siempre el mismo objetivo: endurecer los requisitos de acceso a la jubilación. Es decir, el trabajador que cuando comenzó su carrera laboral tenía unas reglas para calcular su prestación, ahora tiene otras. Y estas otras reglas le perjudican: harán que su pensión sea más baja.
Es como lo de los años de jubilación. Retrasar la edad legal (como pactaron, por cierto, UGT y CCOO en la reforma de 2011) es una quiebra. Una de las muy gordas. Te dicen que trabajes más años, para cobrar menos años. Parece una cuestión técnica; o lo venden de una medida valiente del legislativo para sostener el modelo. Y puede serlo. Pero entonces ni contrato, ni derecho ni salario diferido.
Si lo que vamos a cobrar de pensión depende de la voluntad del legislador (aunque sea una voluntad sustentada en buenas razones) lo que tenemos es una dádiva, una prestación más, una ayuda pública, un subsidio. Si nos quieren vender que es un "seguro" (y nos lo venden desde el mismo nombre del organismo) o un "salario diferido" (por eso nos piden que no digamos que la cotización es un impuesto)... entonces, están quebrando constantemente.
Es lógico que no quieran que los jóvenes se enteren. Porque les dijeron que la Seguridad Social estaría ahí para pagar sus pensiones. Y claro que estará. No veo ningún escenario en el que un joven de 2025 no cobre una pensión más que razonable a mitad de siglo. Esto es obvio. Lo que no les dijeron es que les exigirán pagar más durante su carrera y que esa pensión será algo menos generosa que la que cobraron sus padres y abuelos. Otra obviedad. Pero esto último parece que no puede decirse en alto. Como siempre nos han asegurado que la Seguridad Social no quebraría...