Paul Jackson, estratega de Société Générale, ha publicado un documento llamado “Canción de cisne: 12 gráficas que no debemos ignorar“. Jackson valora positivamente el rumbo de la política monetaria europea frente a la desarrollada por la Reserva Federal en EEUU. Dos tablas llaman la atención:
1. Por un lado, podemos ver que el balance del BCE se ha reducido desde julio de 2012. Fue entonces cuando Draghi prometió hacer todo lo necesario para apoyar al euro. Aquella aparente insinuación de activismo monetario fue, en realidad, el preludio de un periodo de ajuste en el que el banco central ha llevado su balance a niveles cercanos a los registrados en 2009-2010. El gran salto, en cualquier caso, se produjo desde 2004-2005. La tendencia del BCE choca con la de la FED, el Banco de Japón o el Banco de Inglaterra.
Entre 2011 y 2013, el balance de la FED crece un 36% mientras el del BCE se reduce un 26%.
3. Los instrumentos empleados difieren en cada caso:
1. El BCE da más peso a aportar liquidez (49%), intervenir en mercados crediticios (22%) y comprado “otros activos” (17%).
2. La FED ha monetizado deuda pública (61%) e intervenido en mercados crediticios (37%).
El Banco de Japón (79%) y el de Inglaterra (93%) se han volcado en monetizar deuda pública.