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El Estado del Bienestar como burbuja

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El manual políticamente correcto de la actual crisis económica es muy sencillo: “el capitalismo ha causado un grave desbarajuste financiero que ha acabado por extenderse a toda la economía. Por esta razón, el Estado debe reforzar su control sobre la misma y asumir un papel más activo para evitar futuras crisis”. ¿Responde este relato a la realidad?

Centrémonos en EEUU, donde se originó la crisis que luego ha llegado a Europa, y vayamos por partes. Es innegable que el sistema financiero ha estado en el centro de la crisis, pero no podemos separar su funcionamiento del actual sistema monetario. Por esta razón, debemos remontarnos a los años 70 para encontrar los orígenes de esta crisis, ya que entonces se produjo el salto de un sistema monetario e internacional basado en el “patrón oro-dólar” a un nuevo paradigma en el que cada banco central adquiere un poder absoluto para emitir moneda sin respaldo alguno.

Aunque este nuevo modelo abría la puerta al crecimiento desmedido del sistema financiero, también iba a permitir el crecimiento espectacular del endeudamiento público. La siguiente gráfica muestra la evolución de la deuda federal de EEUU desde que el Presidente Nixon liquidó el vínculo entre el oro y el dólar. Como puede observarse, dicha decisión permitió que el Estado aumentase su poder de forma espectacular… sin necesidad de subir los impuestos.

Este compadreo entre banca y Estado se exagera a partir de 2001. A comienzos de dicho año, la Reserva Federal fijaba los tipos de interés al 6%, pero apenas doce meses después los situaba ya por debajo del 2%. Llegado 2003, el precio del dinero alcanza el 1%, quedando instaurada una auténtica “barra libre” de crédito que aún hoy sigue en pie.

Esta estrategia de “estímulo monetario” alentó un crecimiento económico artificial que descansaba principalmente en dos grandes burbujas. La primera era la de las finanzas, y se concentraba principalmente en el sector inmobiliario. La segunda, que cada vez resulta más evidente, era la del Estado del Bienestar, y se ha manifestado en la crisis de deuda pública que han sufrido decenas de países en los últimos años. En todos ellos, el peso del gasto estatal sobre la economía nacional es elevado.

Pero vayamos por partes. Analicemos primero la burbuja financiera. Es innegable que, en dicho ámbito, las “hipotecas subprime” fueron el principal detonante del colapso. Sin embargo, el relato habitual de este aspecto de la crisis obvia que la acción política en este campo fue fundamental para fomentar el desajuste. No solamente hablo de la política monetaria que encauzó este proceso, sino del rol que tuvieron en la crisis Fannie Mae y Freddie Mac, los dos grandes gigantes hipotecarios creados por el gobierno de EEUU para expandir (más aún) el crédito a la vivienda.

Ambas agencias contaban con la garantía de que el gobierno federal acudiría al rescate, tal y como acabó ocurriendo posteriormente. Además, desde mediados de los años 90, Washington había decidido que el 42% de las hipotecas tramitadas por ambos entes deberían ocuparse de personas de bajos ingresos, un porcentaje que aumentó al 50% en 1999.

George W. Bush explicó claramente en 2002 que el objetivo de esta política era “usar el músculo poderosos del gobierno federal” para que el mayor número posible de personas tuviese acceso a una nueva vivienda. En diferentes intervenciones públicas, el ex presidente reiteró el objetivo político de esta estrategia, confirmando que no se trataba, ni mucho menos, de una acción nacida del mercado libre, sino de un caso más de intervencionismo político en el ámbito económico. Para saber más del rol de Fannie Mae y Freddie Mac en la Gran Recesión, no dejen de leer este brillante artículo de Manuel Llamas.

Sin abandonar la cuestión de la burbuja financiera, es importante abordar dos asuntos más. En primer lugar está la supuesta desregulación de la que habría gozado Wall Street. Según el relato habitual de la crisis, el sistema financiero estaría cada vez menos controlado por los políticos, y dicha falta de supervisión habría permitido la crisis. Nada más lejos de la realidad. Los estudios de Boettke y Horwitz han demostrado que por cada norma financiera desmantelada entre 1980 y 2009, el gobierno de EEUU creó cuatro nuevas normas. Además, entre 2000 y 2008, la SEC (comisión supervisora del sector financiero estadounidense) aumentó un 25% su plantilla y emitió una media de 74 nuevas regulaciones… ¡cada año!

El otro asunto que vale la pena analizar es el de las “agencias de calificación de deuda”. Estas compañías han sido asimiladas por muchos analistas como un ejemplo más de los “fallos” del mercado libre, por lo que el capitalismo también ha sido culpado de sus malas valoraciones del riesgo. Tomaré prestados dos párrafos de Juan Ramón Rallo para explicar hasta qué punto esta visión no se corresponde con la realidad:

Hasta 1970, las agencias de calificación prestaban sus servicios a los inversores y no, como ahora, a los deudores (…). De esta manera, el inversor podía tener una idea aproximada del riesgo de la operación y decidir si el tipo de interés que ofrecían valía la pena.En 1975, cinco años después de la quiebra de Penn Central,  la SEC aprobó la denominación de Agencia de Calificación con Reconocimiento Nacional (Nationally Recognized Statistical Rating Organization o NRSRO ) para diferenciar a las agencias de rating que podían prestar calificaciones reconocidas por la SEC de las que no.El efecto de esta denominación ha sido que toda emisión de deuda debía contar, de antemano, con la calificación de una de estas firmas (Moody’s, Standard & Poor’s, Fitch). Así, hemos pasado de un modelo donde era el inversor quien pagaba a las agencias de rating a un modelo donde el deudor es presa de estas agencias, si es que quiere poder emitir deuda.

En el primer modelo, el fracaso era necesariamente penalizado: si sus previsiones no se cumplían y el inversor perdía dinero, la reputación de esas agencias caía. En el segundo modelo, el fracaso resulta irrelevante, ya que en última instancia, las agencias son un cartel que expide licencias para emitir deuda. Los deudores han de pasar por ellas, sean de utilidad o no.Sólo rompiendo este cartel oligopolístico el mercado logrará disciplinar a las agencias de calificación: premiando a las que adopten modelos de valoración realistas y de calidad y penalizando a las que concedan ratings absurdos.

Analizada ya la primera burbuja, la financiera, no quiero olvidarme de otra burbuja que pocos analistas han identificado como tal. Hablo del Estado del Bienestar, el modelo político, económico y social dominante en Occidente desde hace décadas. Desde el fin del patrón oro-dólar, el gasto público derivado de este paradigma no ha parado de aumentar. Los costosos “servicios sociales” que se han multiplicado en los últimos años fueron financiados principalmente con una deuda pública cada vez más abultada, ya que los políticos intuyeron, con acierto, que financiar estas iniciativas con más impuestos podría resultar impopular. Hablamos, pues, de una fórmula perfecta para ofrecerle al electorado un panorama celestial: el gobierno no nos cobra más impuestos… pero al mismo tiempo nos ofrece más “servicios sociales”.

Si analizamos los presupuestos de los gobiernos occidentales a lo largo de la última década, comprobaremos que han aumentado de forma progresiva. Este crecimiento del gasto no se trasladó de forma masiva al bolsillo del contribuyente, sino que se descargó en la emisión de deuda. La alianza entre políticos y banqueros estaba funcionando bien para ambas partes, hasta que las finanzas entraron en crisis… y arrastraron consigo a los gobernantes de decenas de países. Del mismo modo que la burbuja financiera alimentó la burbuja de la deuda pública, el colapso de la primera supuso el pinchazo de la segunda.

Ante este panorama, difícilmente podemos aceptar que esta crisis tenga algo que ver con el capitalismo, tal y como profetizan numerosos gurús e intelectuales. Un relato así obvia el efecto devastador que ha tenido esta gran burbuja crediticia que, alimentando un sector financiero sobredimensionado y cebando un Estado del Bienestar inviable, ha creado graves desajustes en las economías de medio mundo. Es, por lo tanto, hora de asumir que, del mismo modo que parte del sistema financiero se vino abajo por las hipotecas subprime, también será necesario asumir que las promesas del populismo del bienestar eran, en muchos casos, un cheque sin fondos.

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comentarios
1 LibLu, día

¡Brillante!

2 ADRIAN, día

Magnífica explicación y un puñado de respuestas al atronador ruido de los estatistas que una y otra vez nos aburren con las mismas cantinelas. Todavía recuerdo aquella frase de Sarkozy de que "hay que refundar el capitalismo" como si lo que hubiera que cambiar fuera el modelo y no los políticos que forman parte de él. Más bien lo que habría que hacer sería utilizarlo, no refundarlo... Y tras esa frases cientos de ellas más, a cual más equivocada y los mismos (o similares) pirómanos (estatistas) para apagar los fuegos que ellos mismos generaron. Mi duda es si de verdad desconocen su responsabilidad en la crisis y sólo son inútiles o actúan de mala fe y nos engañan sobre los motivos, en cuyo caso además son malvados. Sea como fuere, parece difícil si no dan con las causas que den con las soluciones...

3 Diego Sánchez de la Cruz, día

Muchas gracias por su comentario, Adrián. Un cordial saludo.

4 Diego Sánchez de la Cruz, día

¡Muchas gracias por su comentario!

5 Jose Luis, día

Por muy evidente que sea para algunos de nosotros, no es ni de lejos lo politicamente correcto, como señala al principio, así que siempre está bien recordarlo de forma brillante!

6 El Estado del Bienestar como burbuja, día

"CRITEO-300x250", 300, 250); 1 meneos El Estado del Bienestar como burbuja diego-sanchez-de-la-cruz.libremercado.com/2012/06/26/gest...  por jlmontesinos hace 5

7 Diego Sánchez de la Cruz, día

¡Muchas gracias por su comentario! Un saludo.

8 El señor de los anillos., día

Es posible que en otros paises haya llegado a haber Estado de bienestar. En España desde luego no. Hay paises más "liberales" como Inglaterra con más protección social. Francia disfruta de un nivel de vida mucho mayor al nuestro. La función esencial del Estado debe ser garantizar la igualdad ante la ley y la igualdad de oportunidades. Eso no se logra con una educación pública nefasta y desviando recursos a la educación privada. Como decía Ortega, la solución de España es Europa. En cuanto haya un Estado Europeo de verdad, con un banco central de verdad desaparecerán muchos de los problemas actuales.

9 Javier, día

Enhorabuena por el artículo. Cuando nos daremos cuenta que la barra libre de gastos se ha terminado?

10 Diego Sánchez de la Cruz, día

¿Entonces la fuente de la prosperidad será imprimir billetes? ¿Depende el bienestar, el progreso, la producción y el avance económico de la acción del banco central? Lo dudo. Y no olvide que el reclamo de Ortega y Gasset era abrirse a Europa, no a una burocracia en concreto. Sus cada vez más duras críticas a la Liga/Sociedad de Naciones demuestran que rechazaba frontalmente la construcción de grandes burocracias continentales como, en muchos sentidos, es hoy la UE que Vd. asimila, erróneamente, como sinónimo de Europa. Un saludo.

11 Diego Sánchez de la Cruz, día

¡Muchas gracias! Un saludo.

12 Paulino E., día

...dente Nixon liquidó el vínculo entre el dinero y el dólar. creo que debería poner ...dente Nixon liquidó el vínculo entre el dinero y el ORO.

13 merymer, día

Vaya cara de imbecil se me quedó al descubrir que un banco podía prestar más dinero del que posee. Ni le cuento la maquinita de crear dinero que poseen los estados. Mientras eso siga siendo así da igual el dinero que tengamos, este valdrá lo que el presidente de turno quiera que valga.

14 Diego Sánchez de la Cruz, día

¡Correcto! Gracias por la rectificación.

15 Diego Sánchez de la Cruz, día

Efectivamente: la reserva fraccionaria y el descontrol de la banca central han convertido la economía en un juego sobrerregulado, caprichoso e irracional, atacando así las oportunidades de prosperidad, producción, desarrollo e innovación que ofrece un mercado libre. Un cordial saludo, gracias por su comentario.

16 El señor de los anillos., día

No se trata de darle a la máquina de crear billetes, sino de que haya un solo ministerio de economía y hacienda en toda la unión europea. Estamos ahora en una fase por la que han pasado todos los Estados. España se formó por ejemplo a partir de unos reinos medievales que fueron primero acaparando poder respecto a los nobles, y luego cedieron soberanía a un Estado español. Este proceso, que lamentablemente en España no fue tan completo como en Francia, se puede lograr por las buenas, o por crisis inmensas como la actual. Ya que hablamos de Ortega, este se sorprendía por como las personas más inteligentes solían nacer más frecuentemente en sitios muy remotos y pequeños, mientras que las ciudades ejercían un papel asimilador que eliminaba lo egregio. Creo que citaba como ejemplos a Napoleón, a Jesús y a tantos otros. ¿Cómo se consigue que un chico genial que ha nacido en una aldea remota y sin patrimonio pueda llegar a lo más alto? Mediante la garantía por el Estado de la igualdad de oportunidades, principio que viene de la revolución francesa y no tiene nada que ver con el socialismo. Los más inteligentes al poder.

17 @Kognar, día

Dices que la principal función del Estado es garantizar la igualdad ante la ley y la igualdad de oportunidades, pero ambas cosas son contradictorias. Igualdad de oportunidades desde un momento dado equivale a igualdad de resultados hasta ese momento. Y la única forma de garantizar esa igualdad de resultados es vía coacción, obviando la igualdad ante la ley. Un saludo.

18 El Estado del Bienestar como burbuja | Desde.CO, día

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19 Pepito, día

Hombre, algo también tendrá que ver la proliferación de instrumentos financieros de dudosa utilidad pero muy lucrativos, como los derivados; me parece que en USA un hedge fund que quebró; fue rescatado con dinero de los contribuyentes porque si no según el gobierno habría graves problemas para la economía. Con esos precedentes a jugar a la ruleta rusa con productos cada vez más enrevesados, y cuando hay problemas, hay esta Papá estado a rescatar a los irrespònsables.

20 Diego Sánchez de la Cruz, día

Evidentemente, si Papá Estado interviene y subvenciona pérdidas, no permite el correcto funcionamiento de la economía de mercado. Y sobre las derivadas, no olvide que su principal objetivo es generar un muro protector ante la volatilidad financiera provocada por la nacionalización total del dinero que supuso abandonar el patrón oro-dólar. Por ejemplo: un seguro de cambio. Se trata de un contrato que acuerda hoy el tipo de cambio que dos partes acuerdan para una operación que se cerrará en el futuro. Así, empresas y trabajadores están protegidos de los vaivenes en el valor de las monedas, imputables ante todo a los caprichos de las autoridades monetarias. Por lo tanto, la proliferación de instrumentos financieros tiene mucho que ver con la manipulación del mercado financiero que se originó con el abandono del último vínculo entre moneda y oro. Saludos, gracias por su comentario.

21 El señor de los anillos., día

Igualdad de oportunidades no tiene nada que ver con la igualdad en sentido socialista. Es simplemente que el más inteligente pueda llegar a donde quiera independientemente de los medios de sus padres o de su lugar de nacimiento. En realidad se trata de primar la inteligencia, sobre los colegios privados caros.

22 El señor de los anillos., día

En realidad, puestos a revivir realidades pretéritas, en lugar del patrón oro, propongo volver al trueque.

23 Recopilación de mis últimos artículos publicados en Libertad Digital | Diego Sánchez de la Cruz, día

tradición intergubernamental que reivindica otra forma de entender el proyecto europeo.  ”El Estado del Bienestar como burbuja“ Ante este panorama, difícilmente podemos aceptar que esta crisis tenga algo que ver con

24 La alternativa liberal de Juan Ramón Rallo : Dieca, día

Por último, esa actividad artificial que permitió incrementar de manera muy notable el PIB y generar miles de puestos de trabajo generó también la burbuja estatal. Al incrementarse en 175.000 millones de euros los ingresos de las arcas públicas entre 2001 y 2007, las Administraciones comenzaron a consolidar un nivel de gastos absolutamente insostenible, cuya financiación desaparece cuando colapsa la burbuja. Obviamente, el colapso de la primera de estas tres burbujas ha desencadenado el de las otras dos.

25 ¿Qué es un presupuesto de base cero? | Diego Sánchez de la Cruz, día

pasos que nos ayudarían a domar al Leviatán, y es que no es de recibo que sigamos manteniendo una estructura de gasto heredad de la “burbuja” que, además, cuesta la friolera de medio año de salario al trabajador español