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Las cartas de Thatcher, Hayek y Friedman (VII)

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Las primeras entregas de la serie analizaron el rol de Hayek en la Administración Thatcher. A continuación se publicó una pieza sobre las relaciones de Hayek y Friedman con los diferentes centros de investigación y think tanks que alimentaban de propuestas al Ejecutivo británico. En la entrega anterior, la serie pasó a centrarse en la figura de Friedman, que también nos ocupa en los párrafos siguientes. Acceda a todos los artículos de la colección haciendo click aquí.

El principal exponente de la Escuela de Chicago compartía con Hayek su afición por leer el periódico The Times. Esta tribuna, que el austriaco empleaba recurrentemente para argumentar contra los sindicatos y a favor de las reformas de Thatcher, fue elegida por Friedman para argumentar sobre los diferentes asuntos de política monetaria por los que era criticado en Reino Unido.

Al respecto, Friedman afirmaba en las páginas del rotativo que “si durante un periodo de tiempo prolongado la cantidad de dinero incrementa a un ritmo decididamente superior a la producción, el resultado será la inflación. Conforme ese aumento de la cantidad de dinero es más alto, más alta es la inflación resultante”. Friedman añadía que si bien a corto plazo puede tener algún efecto positivo en la tasa de ocupación laboral, la inflación genera un desempleo más alto cuando analizamos los resultados pensando en el largo plazo.

Hayek no dudó en contestar a su amigo con una carta al director en la que afirmaba, entre otras cosas, lo siguiente:

“El problema (del monetarismo) es que no puede suministrar una medida adecuada de la oferta de dinero”

“Como los bancos centrales son una institución gubernamental, toda inflación está creada por el gobierno”

“Fijar por ley un nivel de crecimiento de la base monetaria, como propone Friedman, no es práctico y probablemente produciría el mayor pánico financiero de la historia”

“Espero que nadie dude sobre la necesidad de frenar la inflación. En este tema, mis diferencias con Friedman me llevan a tomar un enfoque más radical que el asumido por él y muchos de mis amigos”

“El estímulo artificial que da la inflación a las empresas y a la creación de empleo solamente dura conforme se mantiene una continua aceleración de los precios, algo que nunca puede ser infinito. Cuando esto cese, desaparecerán todos los empleos y negocios que en realidad no eran rentables”

A estas diferencias en materia de política monetaria ya nos hemos referido en una entrega anterior. Entonces vimos que Hayek admitía a sus allegados que había limitado sus críticas al monetarismo para evitar una fractura en la Mont Pelerin Society. Es justo señalar, en cualquier caso, que estas diferencias no llegaban a otros muchos campos y que, como hemos señalado durante toda la serie, ambos economistas eran buenos amigos desde hacía décadas.

De hecho, Hayek y Friedman no dudaban en aparecer juntos en los medios para exigirle al gobierno que acelerase el ritmo de sus reformas. Así lo hicieron, por ejemplo, en el programa de la BBC “Panorama”, en el que Hayek reclamó a Thatcher que acelerase las reformas destinadas a reducir el poder de los sindicatos. Friedman, por su parte, criticó que el gasto seguía sin reducirse, por lo que pedía que se tomasen pasos en esta dirección por encima de las quejas de la oposición política, la burocracia y  los líderes conservadores que veían con recelo la estrategia de liberalización que Thatcher había prometido al electorado.

Igualmente, cuando Friedman era criticado no desde el campo liberal, sino desde el ámbito intelectual de la izquierda, Hayek era el primero en defender al estadounidense. Así lo hizo en 1980, en una breve y divertida carta enviada al diario The Times:

“Sir Eric Roll se ríe de Milton Friedman por haber afirmado que la civilización occidental se asienta en el mercado libre. Sin duda, si el Profesor Friedman hubiese dicho claramente aquello que realmente quería decir, entonces habría estado totalmente acertado. Y lo que realmente quería decir es que la civilización occidental se asienta en tanto mercado libre como el gobierno permite…”

LOS FRIEDMAN Y THATCHER, DESPUÉS DE LOS AÑOS DE GOBIERNO

Imagen de archivo de la Hoover Institution (Universidad de Stanford)

El fallecimiento de Hayek en 1992 imposibilitó que el austriaco extendiese su relación con Thatcher más allá de los años de gobierno de la Dama de Hierro. Friedman y su esposa sí pueden decir lo contrario, ya que el matrimonio mantuvo el trato con la Primera Ministra durante mucho tiempo. En sus memorias, “Dos personas con suerte“, ambos echan la vista atrás y destacan que la Dama de Hierro siempre contó con su admiración por su “fuerte personalidad, su carácter y su intelecto”.

Igualmente, Thatcher siempre se mostró orgullosa de haber trabajado con Friedman y no dudaba en destacar su relevancia en todo tipo de foros. Un ejemplo lo tenemos en el crepúsculo de su presiencia, durante su discurso en el Aspen Institute de Colorado. Entonces, en 1990, Thatcher afirmaba feliz que”no solamente los ciudadanos de los países de la Unión Soviética hablan de democracia, sino que los Alcaldes de Moscú o Leningrado discuten sobre Milton Friedman… ¡Yo misma les he escuchado!”. Un año después, en una conferencia celebrada en el New York Club, Thatcher era aún más precisa en la defensa del monetarismo friedmanita.

Los encuentros entre Thatcher y los Friedman siguieron produciéndose pese al paso de los años. La actividad divulgadora del Premio Nobel y la relevancia internacional de Thatcher favorecían que ambos coincidiesen en diferentes foros. Cuando Friedman falleció en 2006, la Dama de Hierro se refirió a él del siguiente modo:

“Milton Friedman revivió el estudio de la libertad económica cuando más olvidado estaba. Fue un luchador intelectual por la libertad. Echaré mucho de menos la lucidez y el mordaz humor de mi viejo amigo”

De esta forma se despidió la ex gobernante de uno de sus grandes referentes.

La octava y última entrega de esta colección de artículos hará una valoración de las siete publicaciones anteriores, cerrando la recopilación y trazando un análisis final de las influencias de Hayek y Friedman en el thatcherismo.

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comentarios
1 Marqués, día

Produce una agradable sensación leer como veían estos liberales “clásicos” el mundo y como pensaban que através de políticas liberales se podía mejorar la vida de las personas. A mi personalmente me reconforta la unión que en un momento dado se dio entre política y liberalismo. Desde luego - y sin renunciar a la aspiración de lograr mucho más de lo mucho conseguido en el periodo de gobierno de Doña Margaret – me siento más comodo con el liberalismo de aquella época que con algunas posturas actuales, tendentes a llevar las ideas "hasta sus últimas consecuencias". http://mises.org/PDF/desoto-liberalsmo-v-anarcocapitalismo.pdf