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Diego Sánchez de la Cruz

Sigue avanzando la Alianza del Pacífico

En diferentes ocasiones he escrito sobre la conveniencia de apoyar la llamada Alianza del Pacífico, un pacto comercial que ha nacido con un perfil relativamente bajo pero, a base de pragmatismo, se ha convertido en una fuerza de liberalización económica en América Latina.

En octubre de 2012, por ejemplo, denuncié que “el número de acuerdos, foros y burocracias regionales latinoamericanas es tan largo que algunos expertos hablan de inflación institucional. Organismos como la OEA, la Comunidad Andina, el Foro del Arco del Pacífico, la Cumbre de las Américas, la Celac o el ALBA conforman una larga lista de decepciones”. Ante semejante panorama, destaque que “no es de extrañar que el nacimiento de la Alianza del Pacífico pasase sin pena ni gloria por los grandes medios informativos” pero añadí que es posible que “ese bajo perfil sea el primer acierto de esta iniciativa de integración económica y comercial. En vez de celebrar grandes cumbres y firmar declaraciones grandilocuentes, la Alianza funciona de forma más realista y directa, fijando objetivos graduales y evaluando de forma continua los resultados obtenidos”.

El bloque comercial aglutina a cuatro miembros fundadores: Colombia, Chile, México y Perú. Los cuatro países llevan mucho tiempo abriendo sus mercados y abrazando el capitalismo global como eje de progreso y desarrollo socioeconómico. Juntos, aglutinan a casi 210 millones de consumidores, lo que representa el 50% del comercio latinoamericano y el 35% del PIB regional. Se trata de economías con la mitad de inflación que el resto de países de la región (la media latinoamericana ronda el 5% mientras que la de los países fundadores está cerca del 2,5%).

Hay cuatro grandes ejes de actuación de la Alianza, cuyo funcionamiento técnico se divide en cuatro grupos de trabajo. Así lo expliqué en Libre Mercado:

1. Movimiento de personas. Hasta ahora, la inutilidad de las burocracias supranacionales ha frenado el movimiento de personas en la región de forma incomprensible. El objetivo de este grupo de trabajo es simplificar los procesos migratorios con visados ágiles y mecanismos que faciliten la circulación de profesionales, estudiantes y visitantes.

2. Facilitación del comercio. Los grupos de trabajo buscan homologar los acuerdos comerciales que ya existen entre los países firmantes. El resultado será un único texto marco que simplificará y unificará los pactos vigentes en la actualidad. Esto agilizará las exportaciones e importaciones, y permitirá a la Alianza del Pacífico comportarse como un actor cohesionado y fuerte en la escena económica global.

3. Integración de servicios y capitales. Un ejemplo de lo que han conseguido estos trabajos es la consolidación del Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), una iniciativa que acabará traduciéndose en la fusión total de las bolsas de México, Colombia, Perú y Chile. Con el MILA, los inversores de los países de la Alianza del Pacífico tendrán acceso a un mercado más amplio y atractivo, lo que ayudará a las empresas a crecer y captar capital de forma más asequible.

4. Creación de nuevos mecanismos para la resolución de disputas comerciales. La Alianza del Pacífico canalizará por esta vía algunas de las acciones encaminadas a conseguir la reducción de los aranceles a los productos agropecuarios. Un ejemplo de lo que persigue este grupo de trabajo es mejorar los procesos de revisión sanitaria para que no sirvan como excusa para crear o mantener los obstáculos al comercio de bienes de producción agrícola.

Existe una quinta mesa de trabajo, ligada exclusivamente a los asuntos internacionales de la Alianza, si bien esta categoría se caracteriza por la cooperación intergubernamental y la ausencia de grandes cuerpos burocráticos y administrativos. En conjunto, el organigrama de funcionamiento es el siguiente:

NUEVOS MIEMBROS, NUEVOS AVANCES

En los últimos meses, diferentes países se han adherido como miembros observadores del pacto. Se trata de España, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Japón, Panamá, Guatemala, Costa Rica y Uruguay. De todos ellos, todo apunta a que Costa Rica y Panamá serán los próximos integrantes de la Alianza. Por otra parte, está ya casi finalizada la incorporación de nuevos socios observadores: Ecuador, El Salvador, Francia, Honduras, Paraguay, Portugal y República Dominicana.

Entre los últimos acuerdos cerrados por la Alianza, se confirmó la exoneración de los permisos de negocios para los habitantes de los países de la Alianza, la creación de un visado común para turistas, la reducción de trámites y procesos aduaneros, el recorte de las medidas proteccionistas y barreras comerciales disfrazadas bajo criterios sanitarios, fitosanitarios o regulatorios… Además, la Alianza acaba de eliminar el 50% de los aranceles para todo el universo de bienes, compromiso que será ampliado en breve para llevar la rebaja a corto plazo hasta el 90%, alcanzándose una liberalización plena en años siguientes.

POR QUÉ IMPORTA

Vaya por delante que lo ideal sería que toda la región latinoamericana se uniese al pacto y que los procesos de integración y liberalización fuesen más profundos aún. No obstante, esperar algo así es enormemente utópico, especialmente debido a las tensiones proteccionistas que impulsan los gobiernos de países como Venezuela o Argentina. Por eso, hay que saludar la Alianza como un cambio a mejor, imperfecto sin dudas, pero acertado en muchos aspectos.

En el futuro, los retos de la Alianza son los siguientes:

- Evitar el proteccionismo y el intervencionismo monetario.
- Frenar la inercia burocrática hacia la inacción, impulsando de forma continua nuevas metas de apertura comercial.
- Conseguir que la liberalización y la integración alcance de forma intensa el campo de los servicios y capitales, evitando el retraso que hoy sigue viviendo Europa. Para este aspecto, profundizar el Mercado Integrado Latinoamericano (MILA) es un buen paso adelante.
- Asegurar que la entrada de nuevos miembros no frene el avance de la iniciativa. Países como Brasil o Ecuador no son necesariamente garantes de la apertura comercial, por lo que su adhesión como miembros observadores es peligrosa para la coherencia del proyecto.
- Acelerar la simplificación de tratados para consolidar un área económica unificada.
- Renunciar a las fronteras geográficas, permitiendo que cualquier bloque comercial que suscriba las mismas reglas de apertura pueda unirse igualmente a la Alianza.

ENTREVISTA CON PEÑA NIETO SOBRE LA ALIANZA

A modo de cierre, comparto esta entrevista de mi admirada Carla Gurisatti con el mandatario mexicano Enrique Peña Nieto, que comenta diferentes aspectos de relevancia sobre el funcionamiento de la Alianza del Pacífico.

http://www.youtube.com/watch?v=IgCmCDpKvBQ

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