Después de Semana Santa se publicarán anuncios antiguos de conocidas marcas, títulos de valores y papel comercial de los siglos XIX y XX, y carteles comerciales de empresas centenarias madrileñas, de las cuales muchas de ellas aún continúan con nosotros.
Como el espejo en medio del camino de Stendhal, la Cámara, a lo largo de su existencia, ha recogido el latir y los cambios acontecidos en el tejido empresarial madrileño. Entre otros acontecimientos, información sobre cómo la Cámara de Madrid cumplió un papel decisivo en la internacionalización de las empresas, ayudándolas a explorar nuevos mercados a partir de los sesenta. En aquellos años, la Cámara de Madrid fue la ventana de la política exterior, sirviendo de puente con los países de Europa del Este, con los que no había posibilidad de relación empresarial a nivel estatal. También entonces, la Cámara participó en la Comisión Nacional de Productividad Industrial y creó una Oficina de Productividad, muy parecida a la recientemente constituida por las grandes empresas españolas para impulsar la competitividad.
La Cámaratambién tiene mucho que decir en la historia del consumo de este país, porque, entre otras cosas, nos enseñó a realizar la compra en los primeros supermercados, entonces conocidos como autoservicios, mediante un camión escuela, que trajo de Estados Unidos para demostrar cómo moverse entre estanterías repletas de productos. Se publicarán las acciones de las primeras sociedades anónimas madrileñas, la génesis de la creación de Ifema o las instantáneas de las grandes personalidades que han pasado por esta la Cámara, entre las que se cuentan el rey Alfonso XIII, su nieto Juan Carlos y su biznieto el Príncipe de Asturias.
La Cámaraatesora toda esta documentación y vestigios fundamentales de nuestro pasado, porque es mucho más que una corporación promotora y defensora de los intereses generales de las empresas madrileñas. Desde su creación en 1887, ha estado involucrada en el acontecer diario de la ciudad, convirtiéndose en parte de su intrahistoria. Esta casa nunca ha sido un ente cerrado en si mismo, está enraizada en el pasado y presente de la Comunidad de Madrid. Prueba de ello, son las dos medallas de oro que le han concedido el Ayuntamiento de la capital y el Gobierno regional. Como dijo Olga Ramos, la Cámara de Comercio, no siendo una persona física, es más chulapona y castiza que la Mari Pepa.