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¿Necesita un mercado libre de agentes racionales?

Precisamente porque el ser humano no es del todo racional y no cuenta con toda la información disponible, la toma de decisiones no puede estar en ningún caso centralizada.

et_rusk dijo el día 2 de Noviembre de 2011 a las 18:54:

¿Los planetas son racionales? o ¿las estrellas y galaticas son racionales? y si no son racionales ¿como es que todo gira a su antojo en un orden incomprencible? ¿no deberian los super-humanos sociatas indicarles como deberian ser sus orbitas? (es que no son perfectamente redondas son elipticas!). Es que los sociatas y algunos que otros "liberales" aun tienen ideas de que la tierra es plana, o los de las "democracias-avanzadas" piensan aun en terminos de Aritoteles que todo el Universo gira alrededor de la Tierra.

Sobre el origen natural del capitalismo lee aqui ;-):
http://etrusk.blogspot.com/2008/04/basis-of-human-...

gracian dijo el día 30 de Octubre de 2011 a las 18:54:

Es que los seres humanos, son precisamente humanos con toda la carga que ello supone. Y en particular con esas "imperfecciones" que derivan de sus propias "inconsistencias". Y no hay que buscar sistemas perfectos en las decisiones de individuos tan limitados. Antes bien hay que procurar entender las limitaciones que derivan de la propia naturaleza humana.

El mercado cuando se le deja actuar obliga a tomar conciencia de cantidad de incoherencias que son mucho más profundas de lo que pudiera pensarse en un primer momento.

Y el ser humano no gusta casi nunca de afrontar los resultados que se siguen de mantener decisiones contradictorias. Prefiere que perdure la ilusión de que es posible conciliarlas siempre. El precio de ello, no pocas veces lo pagamos entre todos en forma de ineficientes intervenciones coactivas del poder público por ejemplo.


Esas intervenciones sin embargo, se aceptan sin casi resistencia interior porque al remitir a un tercero con la aureola de autoridad el poder de decisión, el individuo se libera de percibir directamente la tensión interna de sentir como propio del libre albedrío la frustración por no alcanzar un determinado resultado en detrimento de otro.

A más se admite en el proceso tan sólo cierta autoría mediata al posibilitar la toma de decisión, pero nunca la responsabilidad directa por lo decidido.

La verdad, según recuerda la psicología, no es precisamente un valor en sí misma ni su contenido es eterno, por más que a nadie agrade la mentira ni se pueda mantener que es posible organizar la convivencia con tal base.

Con todo, un concepto mínimo de verdad ha de ser preservado si no queremos destruir la mutua confianza que posibilita todo intercambio. (O si nos negamos a aceptar como norma la desconfianza recíproca ante el temor de que el intercambio finalmente no tenga lugar)

De ahí la importancia de sustentar la teoría económica en una teoría moral de la decisión.

HispanoL dijo el día 28 de Octubre de 2011 a las 23:45:

Delicioso artículo.

En realidad, criticando a los agentes como irracionales, los estatistas pretenden insinuar que ellos sí son racionales. Señalando las imperfecciones del mercado, pretenden hacer creer que ellos son perfectos o mejores. Pretenden insinuar que ellos conocen las soluciones a las "imperfecciones".

La realidad es que el mercado es el resultado emergente de miles de millones de inteligencias interactuando, asignando los recursos del modo más eficiente posible. Y es el más eficiente posible porque esa inteligencia colectiva no puede ni siquiera ser imitada por la inteligencia de un puñado de "reguladores" que pretenden sustituirla.

El resultado del estatismo, del intervencionismo, del socialismo, es un derroche de recursos, una auténtica malversación de los recursos tanto materiales como humanos, por pretender sustituir a la macrointeligencia colectiva por la de unos cuantos iluminados con carnet de partido.