Según ha indicado el presidente del comité intercentros de Sintel, Adolfo Jiménez, y una de estas mujeres, al encierro se sumarán más familiares de los trabajadores en las próximas horas, en una actitud que podría extenderse a otras ciudades en pocos días.
Las encerradas esperan conseguir que el arzobispo de Madrid medie ante la administración y la dirección de la empresa, que se encuentra en suspensión de pagos y con un expediente de regulación de empleo que puede afectar a 2.000 trabajadores, "y se haga responsable en la medida en que entendemos que es una función social que les corresponde".
“Lo que queremos —ha dicho esta mujer— es que su actitud se corresponda con lo que creemos que debe ser la actitud de la Iglesia, que se haga participe de la situación y medie para que los responsables políticos y empresariales aporten soluciones, porque es una situación que se está volviendo insostenible y que puede generar un conflicto de otra índole que nadie queremos”.
Los trabajadores de Sintel en Madrid, que en la actualidad llevan siete meses sin cobrar, ya se encerraron en la catedral de la Almudena en octubre del pasado año. En la actualidad, los trabajadores protagonizan una acampada de protesta en el Paseo de la Castellana de Madrid.