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Gorka Echevarría

¡Cuánto liberalismo!

Siempre alegra cuando a un ministro de Economía le reprochan no ser más liberal aún. Más o menos, esto es lo que sucedió cuando el Sr. Montoro habló este martes en el Parlamento. Jordi Sevilla le reprochó que no hubiera contado lo “fundamental, es decir, la negativa evolución de la inflación y la baja productividad”. En esta frase está contenida toda una teoría económica, la teoría del ciclo austríaco. Según Mises, Hayek y Rothbard, entre otros, la inflación es la causante de las crisis. Se va infiltrando la borrachera de medios fiduciarios por la economía, poco a poco, afectando al nivel relativo de los precios y haciendo que los empresarios inviertan en procesos productivos intensivos en capital mientras la demanda mira a otro lado. Pero llega un momento en que requieren más dinero para sus inversiones y no lo consiguen, aumentan los tipos de interés y la resaca pone las cosas en su sitio. De modo que Sevilla, en vez de seguir a Friedman como hizo con la propuesta del tipo único del IRPF, ahora se apunta al bando austríaco, lo cual es una excelente noticia.

Aparte de esta declaración, un diputado de CiU, Heribert Padrol, defendió el déficit cero, es decir, el presupuesto equilibrado. Realmente, si se defiende el presupuesto equilibrado se evita que el Estado canalice el ahorro individual hacia sus bonos e impuestos para cubrir el desbalance que tiene por gastar más de lo que recibe. Pero yendo más allá, las generaciones futuras se verían perjudicadas al tener un Estado que utilizar los recursos que coactivamente extrae de los ciudadanos en cubrir deudas pasadas.

Lo que no acertó a ver Padrol es que sin una ley que establezca esta obligación, el déficit cero se queda en agua de borrajas. Aunque quizá sea cierto que da igual cualquier ley porque el Estado busca lagunas para saltársela o crea un sistema normativo propio privilegiado, al margen del derecho aplicable al común de los mortales (Derecho Admnistrativo). De todos modos, sería conveniente que en la Constitución se introdujera un precepto que obligara a mantener el presupuesto equilibrado. Pero esto probablemente sea mucho pedir. Ya sabemos que los políticos sólo pretenden seguir ocupando sus puestos, elección tras elección, y que por ello dan a la gente lo que pide o lo que los grupos de presión dicen que la gente solicita.

Ah, el Sr.Montoro anunció una rebaja del IRPF y del Impuesto sobre Sociedades y asimismo la eliminación del IAE. Con tanto liberalismo, el Parlamento adquiere un tinte más moderno, progresista y, por supuesto, admirable intelectualmente. Ojalá no me equivoque.

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