L. D. / EFE.- Las fuertes medidas de seguridad, como corresponde a una reunión como la que se celebrará el sábado con motivo de la boda de Juan Villalonga y la mexicana Adriana Abascal, han complicado un poco la tranquila vida de los residentes del barrio de Bel Air, en el corazón de Los Ángeles.
La casade Adriana, valorada en 12 millones de dólares, la heredó de Emilio Azcárraga "El Tigre", fallecido hombre de negocios mexicano con el que compartió los últimos años de su vida. En esa mansión, ubicada en el barrio favorito de las estrellas de Los Angeles y a muy poca distancia del bulevar Sunset hay una desenfrenada actividad, que tiene como objetivo preparar la casa y el magnífico jardín en donde se recibirá a los cientos de invitados que se den cita en el evento.
A estas alturas, según se asegura en los círculos de la "prensa del corazón" mexico-española, nadie sabe, en verdad, cuantas personas asistirán finalmente a la boda pero, de momento, ya han confirmado su asistencia más de 250. Sin embargo, lo que si es seguro es que nadie del Gobierno (ni Rodrigo Rato, ni Miguel Ángel Rodríguez) acudirá al evento y que, probablemente, José María García, su amigo íntimo, también fallará.
La razón es que la "cotización" de Villalonga, en otros tiempos un valor en alza en los circulos de poder españoles, ha caído en picado, tanto por su idilio con Adriana Abascal y el consiguiente divorcio de su primera esposa y amiga de Ana Botella, Concha Tallada, como por su última etapa al frente de Telefónica y la polémica en torno a las "stocks options" que se repartieron sus directivos.
A pesar de tan notables ausencias, la boda de Juan y Adriana pasa por ser la más esperada del año. Las medidas de seguridad exhaustivas tienen fácil explicación ya que, a una colección de multimillonarios financieros latinoamericanos y estadounidenses, se suman dos ex presidentes mexicanos, como son Ernesto Zedillo y Miguel De la Madrid.
Por no contar las estrellas como Andy García, Gloria Stefan, Mariah Carey y su novio Luis Miguel, o la también cantante Talia y su marido Tony Mottola, presidente de Sony Music.
Como no, entre los magnates destacará la presencia de representantes de la familia Cisneros de Venezuela o el mismísimo Carlos Slim, presidente de la telefónica mexicana Telmex y amigo del alma de Felipe González, quien acaba de ser declarado el hombre más rico de América Latina.
La casade Adriana, valorada en 12 millones de dólares, la heredó de Emilio Azcárraga "El Tigre", fallecido hombre de negocios mexicano con el que compartió los últimos años de su vida. En esa mansión, ubicada en el barrio favorito de las estrellas de Los Angeles y a muy poca distancia del bulevar Sunset hay una desenfrenada actividad, que tiene como objetivo preparar la casa y el magnífico jardín en donde se recibirá a los cientos de invitados que se den cita en el evento.
A estas alturas, según se asegura en los círculos de la "prensa del corazón" mexico-española, nadie sabe, en verdad, cuantas personas asistirán finalmente a la boda pero, de momento, ya han confirmado su asistencia más de 250. Sin embargo, lo que si es seguro es que nadie del Gobierno (ni Rodrigo Rato, ni Miguel Ángel Rodríguez) acudirá al evento y que, probablemente, José María García, su amigo íntimo, también fallará.
La razón es que la "cotización" de Villalonga, en otros tiempos un valor en alza en los circulos de poder españoles, ha caído en picado, tanto por su idilio con Adriana Abascal y el consiguiente divorcio de su primera esposa y amiga de Ana Botella, Concha Tallada, como por su última etapa al frente de Telefónica y la polémica en torno a las "stocks options" que se repartieron sus directivos.
A pesar de tan notables ausencias, la boda de Juan y Adriana pasa por ser la más esperada del año. Las medidas de seguridad exhaustivas tienen fácil explicación ya que, a una colección de multimillonarios financieros latinoamericanos y estadounidenses, se suman dos ex presidentes mexicanos, como son Ernesto Zedillo y Miguel De la Madrid.
Por no contar las estrellas como Andy García, Gloria Stefan, Mariah Carey y su novio Luis Miguel, o la también cantante Talia y su marido Tony Mottola, presidente de Sony Music.
Como no, entre los magnates destacará la presencia de representantes de la familia Cisneros de Venezuela o el mismísimo Carlos Slim, presidente de la telefónica mexicana Telmex y amigo del alma de Felipe González, quien acaba de ser declarado el hombre más rico de América Latina.