L. D. / EP.- A esta cantidad, recogida en la información facilitada a la comisión de investigación del Congreso, cabe añadir los 130 millones que Camacho se gastó en Joyerías Suárez y los cerca de tres millones que se dejó en Loewe. La mayoría de los 409 artículos comprados por Camacho en Hermès fueron recogidos personalmente por el dueño de Gescartera o por su chófer, por lo que la citada firma no puede facilitar quiénes fueron los destinatarios de los regalos ni el domicilio a donde fueron a parar.
Hermès sí detalla el destino de trece artículos de lujo que fueron adquiridos por Camacho y que, siguiendo sus instrucciones, fueron entregados a unos domicilios determinados. Así, dos corbatas de seda valoradas cada una en 16.500 pesetas se llevaron a dependencias de Gescartera, una para la sede central de la calle Moreto y otra para las oficinas de los comerciales situada en Alberto Bosch, ambas en Madrid.
El ex diputado del PP, Luis Ramallo fue el destinatario de dos relojes (uno de señora valorado en 267.000 pesetas y uno de caballero de 220.000 pesetas), dos billeteros de caballero por un importe de 183.000 pesetas cada uno, y tres pañuelos de seda valorados cada uno en 38.000 pesetas. Al mismo domicilio, pero a nombre de María José Ausejo, se llevaron otros cuatro pañuelos de seda.
Según declaró Ramallo ante la comisión de investigación, un día comentó con Camacho que necesitaba hacer unos regalos y éste le ofreció adquirirlos a buen precio. Dijo que se trataba de cuatro pañuelos, dos bolsitos y un reloj, y que al final Camacho le trajo regalos por un valor total de 2,25 millones de pesetas y no le quiso cobrar el encargo, por lo que decidió compensar al dueño de Gescartera regalándole un cuadro. Eso sí, negó ser amigo de Camacho o tener negocio alguno con él.
En cuanto a los 396 artículos de los que no se conoce destinatario, el más caro es un maletín de documentos valorado en 1.115.000 pesetas, del que compró dos unidades, seguido de un jersey de señora por un precio de un millón de pesetas. Destacan también piezas de una vajilla valorada en su conjunto en casi 800.000 pesetas, una chaqueta de caballero comprada por 680.000 pesetas, una cazadora de 655.000 pesetas, camisas de 366.000 pesetas, maletines portadocumentos de casi medio millón de pesetas, relojes de 400.000 pesetas y carteras de más de 350.000 pesetas.
Asimismo, llaman la atención una serie de artículos que usualmente no se consideran regalos de empresa como una silla de montar valorada en 410.000 pesetas, cajas de puros de más de 240.000 pesetas, polos de 141.000 pesetas, unos botines de 115.000 pesetas, zapatos de más de 100.000 pesetas, un bañador por 44.500 pesetas y hasta calzoncillos 'boxer' que van desde 22.000 pesetas a 42.000 pesetas.
Hermès sí detalla el destino de trece artículos de lujo que fueron adquiridos por Camacho y que, siguiendo sus instrucciones, fueron entregados a unos domicilios determinados. Así, dos corbatas de seda valoradas cada una en 16.500 pesetas se llevaron a dependencias de Gescartera, una para la sede central de la calle Moreto y otra para las oficinas de los comerciales situada en Alberto Bosch, ambas en Madrid.
El ex diputado del PP, Luis Ramallo fue el destinatario de dos relojes (uno de señora valorado en 267.000 pesetas y uno de caballero de 220.000 pesetas), dos billeteros de caballero por un importe de 183.000 pesetas cada uno, y tres pañuelos de seda valorados cada uno en 38.000 pesetas. Al mismo domicilio, pero a nombre de María José Ausejo, se llevaron otros cuatro pañuelos de seda.
Según declaró Ramallo ante la comisión de investigación, un día comentó con Camacho que necesitaba hacer unos regalos y éste le ofreció adquirirlos a buen precio. Dijo que se trataba de cuatro pañuelos, dos bolsitos y un reloj, y que al final Camacho le trajo regalos por un valor total de 2,25 millones de pesetas y no le quiso cobrar el encargo, por lo que decidió compensar al dueño de Gescartera regalándole un cuadro. Eso sí, negó ser amigo de Camacho o tener negocio alguno con él.
En cuanto a los 396 artículos de los que no se conoce destinatario, el más caro es un maletín de documentos valorado en 1.115.000 pesetas, del que compró dos unidades, seguido de un jersey de señora por un precio de un millón de pesetas. Destacan también piezas de una vajilla valorada en su conjunto en casi 800.000 pesetas, una chaqueta de caballero comprada por 680.000 pesetas, una cazadora de 655.000 pesetas, camisas de 366.000 pesetas, maletines portadocumentos de casi medio millón de pesetas, relojes de 400.000 pesetas y carteras de más de 350.000 pesetas.
Asimismo, llaman la atención una serie de artículos que usualmente no se consideran regalos de empresa como una silla de montar valorada en 410.000 pesetas, cajas de puros de más de 240.000 pesetas, polos de 141.000 pesetas, unos botines de 115.000 pesetas, zapatos de más de 100.000 pesetas, un bañador por 44.500 pesetas y hasta calzoncillos 'boxer' que van desde 22.000 pesetas a 42.000 pesetas.