L D (Agencias) La ley ofrece menos recortes fiscales a las empresas de lo que deseaban los republicanos e incluye, como querían los demócratas, ayudas para los desempleados, muchos de los cuales se quedaron sin trabajo durante la recesión económica, que tanto el Gobierno como la Reserva Federal creen concluida. Pero la Casa Blanca cree que sigue siendo necesario un plan de reactivación económica para apuntalar la recuperación y finalmente logró el apoyo de los reticentes demócratas, cuyo líder en el Senado y principal blanco de las críticas republicanas, Tom Daschle, ha estado presente en la firma de la ley.
"Vemos algunos signos alentadores en la economía, pero no podemos simplemente desear que se produzca una recuperación duradera", argumentaba Bush en un solemne acto en la Rosaleda de la Casa Blanca. Tras seis meses de profundas divergencias en el Congreso -en los que los republicanos y demócratas se acusaron mutuamente de tratar de perjudicar la marcha de la economía de EEUU- la ley era rápidamente aprobada esta semana en ambas cámaras, gracias a una solución de compromiso que ha agradado especialmente a la oposición.
El plan de estímulo económico extiende durante 13 semanas más los beneficios de desempleo que acababan a las 26 semanas, incluye la mitad de los recortes tributarios para las empresas de lo que quería la Casa Blanca y prevé 5.000 millones de dólares como incentivos fiscales durante diez años para una zona de Nueva York a la que se califica como "Zona de Libertad". Se calcula que, sólo este año, insuflará a la economía 51.000 millones de dólares, de acuerdo con analistas del Congreso, aunque es difícil calcular con exactitud las cifras.
Bush ha expresado que el plan de reactivación económica "ayudará a los que perdieron sus puestos de trabajo durante la recesión o en el período siguiente a los atentados terroristas del 11 de septiembre". Seis meses después, la economía estadounidense parece haber pasado el período de mayor riesgo desde los ataques terroristas, que hicieron tambalearse el sistema financiero internacional y empujaron a este país a una contracción anunciada.
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"Vemos algunos signos alentadores en la economía, pero no podemos simplemente desear que se produzca una recuperación duradera", argumentaba Bush en un solemne acto en la Rosaleda de la Casa Blanca. Tras seis meses de profundas divergencias en el Congreso -en los que los republicanos y demócratas se acusaron mutuamente de tratar de perjudicar la marcha de la economía de EEUU- la ley era rápidamente aprobada esta semana en ambas cámaras, gracias a una solución de compromiso que ha agradado especialmente a la oposición.
El plan de estímulo económico extiende durante 13 semanas más los beneficios de desempleo que acababan a las 26 semanas, incluye la mitad de los recortes tributarios para las empresas de lo que quería la Casa Blanca y prevé 5.000 millones de dólares como incentivos fiscales durante diez años para una zona de Nueva York a la que se califica como "Zona de Libertad". Se calcula que, sólo este año, insuflará a la economía 51.000 millones de dólares, de acuerdo con analistas del Congreso, aunque es difícil calcular con exactitud las cifras.
Bush ha expresado que el plan de reactivación económica "ayudará a los que perdieron sus puestos de trabajo durante la recesión o en el período siguiente a los atentados terroristas del 11 de septiembre". Seis meses después, la economía estadounidense parece haber pasado el período de mayor riesgo desde los ataques terroristas, que hicieron tambalearse el sistema financiero internacional y empujaron a este país a una contracción anunciada.
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