L D (Agencias) Kopper compareció este miércoles ante un tribunal federal de Houston (Tejas), que le dejó en libertad bajo una fianza de cinco millones de dólares hasta que se decida la condena. Además de su admisión de culpabilidad, Kopper, de 37 años, aceptó devolver 12 millones de dólares obtenidos de forma ilegal a través de maniobras contables. Se trata del primer resultado tangible de la investigación que las autoridades federales emprendieron sobre la antigua dirección de Enron, empresa energética que entró en quiebra el pasado 2 de diciembre y que, hasta la suspensión de pagos de WorldCom, fue la bancarrota más grande de la historia de EEUU. Kopper declaró que actuó en colaboración con Fastow, el antiguo director de finanzas de Enron y sospechoso de ser el arquitecto de la trama de empresas asociadas -creadas muchas de ellas, en paraísos fiscales- para camuflar las pérdidas de la corporación. Y añadió que, al menos en dos ocasiones, entregó a Fastow dinero obtenido de esas operaciones.
Por su parte, Mike Ramsey, abogado del ex presidente de la empresa, Kenneth Lay, aesguró ayer en Houston que su defendido no sólo “no sabía nada” sobre las maniobras ilegales de sus empleados, sino que además, ni siquiera conocía a Kopper. “Ciertamente, los delitos que se cometieron en Enron se mantuvieron en secreto a propósito. No les fueron revelados ni a la dirección ni a muchas personas. Cuando la gente roba, no lo cuenta”, aseguró Ramsey. Aunque Lay no ha sido imputado aún por ningún delito, sí es el acusado en las numerosas querellas presentadas por los accionistas de Enron. Según su abogado, el ex presidente de la empresa tejana es una víctima de la política de Washington, por lo que, una vez concluidas las elecciones al Congreso de noviembre, se relajará la presión sobre los fiscales para que acusen a Kenneth Lay.
La quiebra de Enron supuso el despido de miles de trabajadores y la pérdida de valor de las acciones de la empresa, lo que arruinó los planes de pensiones de miles de empleados y causó pérdidas a millones de inversionistas. Mientras, muchos directivos que conocían la auténtica situación de la compañía, vendieron sus acciones antes de la crisis y lograron ganancias millonarias.
Por su parte, Mike Ramsey, abogado del ex presidente de la empresa, Kenneth Lay, aesguró ayer en Houston que su defendido no sólo “no sabía nada” sobre las maniobras ilegales de sus empleados, sino que además, ni siquiera conocía a Kopper. “Ciertamente, los delitos que se cometieron en Enron se mantuvieron en secreto a propósito. No les fueron revelados ni a la dirección ni a muchas personas. Cuando la gente roba, no lo cuenta”, aseguró Ramsey. Aunque Lay no ha sido imputado aún por ningún delito, sí es el acusado en las numerosas querellas presentadas por los accionistas de Enron. Según su abogado, el ex presidente de la empresa tejana es una víctima de la política de Washington, por lo que, una vez concluidas las elecciones al Congreso de noviembre, se relajará la presión sobre los fiscales para que acusen a Kenneth Lay.
La quiebra de Enron supuso el despido de miles de trabajadores y la pérdida de valor de las acciones de la empresa, lo que arruinó los planes de pensiones de miles de empleados y causó pérdidas a millones de inversionistas. Mientras, muchos directivos que conocían la auténtica situación de la compañía, vendieron sus acciones antes de la crisis y lograron ganancias millonarias.